En el transcurso de una semana, el desastre del que alertaba Isabel Díaz Ayuso ante la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ya no es tal, según el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Aunque la propia Ayuso se mantiene silente tras el anuncio del acuerdo el martes, el portavoz del Gobierno y consejero de Justicia, Miguel Ángel García, ha dicho este miércoles que el pacto alcanzado por PSOE y PP es un “buen acuerdo” por el que cabe felicitar al líder popular, Alberto Núñez Feijóo.
Ayuso va y viene en sus declaraciones al respecto de la forma de Estado en España. A veces la dictadura ya es una realidad consumada; otras, una amenaza más o menos inminente. Si hace siete días a la democracia le quedaban “las horas contadas”, ahora el cronómetro se ralentiza, si se atiende a las palabras de García. “Es un acuerdo positivo”, ha repetido el consejero portavoz tras la junta de Gobierno, y ha destacado que “se avanza en la despolitización” y “se termina con las puertas giratorias” entre el Gobierno y el órgano de gobierno de los jueces.
El portavoz ha intentado cuadrar el círculo discursivo de su líder. Preguntado por si “”sanchismo es chavismo“, como afirmaba Ayuso hace unos días, García ha dicho dijo que no ponía ni quitaba ”ni una coma“ a las palabras de esta, y ha tratado de hacer ver que Ayuso ahora sí está satisfecha con el acuerdo. ”La presidenta pedía es algo que se está cumpliendo: que de manera simultánea a la renovación [de los consejeros] se abordara la reforma del método de elección“.
“Se produce de forma simultánea”, ha recalcado sobre el argumento esgrimido últimamente por el PP para bloquear la renovación del órgano. El texto del acuerdo es, no obstante, muy poco definitivo en tal sentido, pues lo que plantea es que los propios consejeros propongan una reforma del método de elección, por mayoría de tres quintos. Esa propuesta sería la que después llegaría a las Cortes. La confianza en el trámite parlamentario del Gobierno madrileño contrasta con el recelo habitual que manifiesta, y que ha llevado al PP regional a negarse a reformar el estatuto de autonomía para eliminar de su articulado palabras como “minusválido” por temor a que, con mala idea, se introdujesen otras modificaciones en el debate en el Congreso.
El Gobierno madrileño tiene que lidiar ahora con las críticas por la derecha. La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, se hizo de cruces en la red social X, donde alegó, en referencia al aparente cambio de postura de Ayuso, que “quienes no creen en nada no tienen problema en cambiar de principios”. García opone que el PP está en la “despolitización” del CGPJ y en “evitar que se mantenga la política de colonización de las instituciones”.
La defensa de la colaboración institucional que ahora celebra el Gobierno madrileño todavía no se traduce en una bajada de las revoluciones en cuanto a los adjetivos dedicados al Gobierno estatal. El CGPJ queda atrás, pero el debate sobre el cambio de la financiación autonómica y el estatus “singular” que los partidos nacionalistas pretenden para Catalunya le sigue pareciendo al Gobierno de Ayuso un caso de “corrupción política” y “compra de votos”, en lugar de una negociación legítima, según ha reiterado el portavoz.