El recibimiento de Isabel Díaz Ayuso a Javier Milei fue consensuado con la dirección nacional del PP. Y también el aumento de su proyección pública, que ha sido visto como una operación para disputar el liderazgo del partido a Alberto Núñez Feijóo. La líder madrileña ha explicado internamente que su estrategia solo persigue ahora comer terreno a Vox.
Hay que recordar que la intensa agenda internacional de Ayuso que, tras el encuentro del pasado viernes con Milei, ha viajado a Alemania este martes para mantener un encuentro con la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, en Frankfurt, ha despertado también las suspicacias internas en el PP.
Sobre todo, en un momento en el que existe el riesgo de una repetición electoral en Cataluña en otoño y de la posibilidad de que Pedro Sánchez pueda hacer coincidir estos comicios con un adelanto de las generales.
La debilidad parlamentaria, que se traduce en sucesivas derrotas en votaciones en el Congreso de los Diputados, unida a la caída en votos del PSOE en las últimas convocatorias celebradas, a excepción de Cataluña, podría llevar a Sánchez a intentar quitarse el lastre de algunos de sus socios.
Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de las conversaciones, el equipo de Ayuso avisó al de Feijóo de que iban a agasajar a Milei poco antes de que la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino, publicitara el acto, aprovechando que el mandatario viajaba a Madrid a recoger el premio de la fundación Juan de Mairena.
En la Puerta del Sol, incluso, no se puso objeción a la presencia en el acto del líder nacional del PP, aunque Feijóo ya había mostrado distancias con Javier Milei en su anterior visita de la mano de Vox, y no había apenas ninguna expectativa de que acudiera.
Por si fuera poco, la presidenta madrileña telefoneó a Feijóo, y también al resto de barones del partido, para justificar su acercamiento a Milei y rebajar el ruido interno desatado en los últimos días.
Hay que recordar que algunos analistas han visto en el gesto de Ayuso con el presidente argentino, en pleno conflicto diplomático con el Gobierno de España, una operación para erosionar el liderazgo de Feijóo porque consideran que ataca su posición de centralidad.
Sin embargo, fuentes de la dirección nacional del PP aseguran que la presidenta madrileña ha justificado en privado al líder del partido que su estrategia únicamente persigue, en este momento, “comerse” al partido de Santiago Abascal.
“Solo busco quitar bazas a Vox”, tranquilizó Ayuso a Feijóo ante las suspicacias internas que han desatado sus últimos movimientos. “Hay que comerse también a Alvise”, insistió el entorno de la presidenta.
Este es el mensaje que ha llegado también a los barones del PP desde la Puerta del Sol, tras unos días de intensos rumores sobre una supuesta estrategia de la presidenta madrileña de tomar posiciones ante una posible renovación futura en el liderazgo de Feijóo, en disputa con el presidente andaluz, Juanma Moreno.
Según las fuentes consultadas, el equipo de la líder madrileña convenció a Feijóo y al resto de dirigentes regionales del PP de que Ayuso es capaz de conectar con un público al que el líder no convencerá nunca porque, además, le haría perder a su electorado de centro. “En el partido tiene que haber cayetanas junto a semperes”, han explicado gráficamente.
Según esta visión, Alberto Núñez Feijóo representa la figura de líder centrado, que es la imagen que ha cimentado a lo largo de toda su carrera política, poco dado a las excentricidades como las que acostumbra a protagonizar Milei, y sobre quien ha preferido no pronunciarse.
En cambio, el equipo de Ayuso ha insistido también a los líderes del partido de que se aprovechen de la potencia de la presidenta madrileña, con capacidad para poner coto a otros fenómenos extremistas, como Alvise
En el PP asumen que el panorama político mundial se ha desplazado más a la derecha, y entre los nuevos actores muchos están más alineados con Vox.
No se pasa por alto que la presencia de Javier Milei en el arranque de la campaña electoral de las elecciones europeas trastocó los planes de Feijóo, víctima de la polarización y de la pinza entre Santiago Abascal y Pedro Sánchez, según reconoció el propio líder del PP tras analizar los resultados del 9-J.
“El cabreo con Pedro Sánchez por la amnistía y por el caso de Begoña Gómez hace que Vox mantenga su suelo”, matizan en Génova, en línea con otros barones del PP que, a diferencia de Ayuso, ya advertían de que exaltar demasiado las pasiones en campaña podía beneficiar a los ultras.
La extrema derecha es la clave que desconcierta al PP. El 23-J, las elecciones gallegas, vascas y catalanas apuntaron que Feijóo podía lograr la unificación del voto de centroderecha: Ciudadanos desapareció, cediendo sus votos a los populares, y Vox retrocedía en las urnas.
Sin embargo, Vox ha recuperado fuelle en la campaña europea, gracias a Javier Milei y a que todos los partidos le han hecho la campaña a Santiago Abascal al situarlo como la pieza a batir, igual que han hecho el resto de los partidos de la UE con las formaciones de ultraderecha.
Además, la aparición de un activista antisistema como Alvise Pérez -competidor por la derecha- complicó también los planes del PP de ganar al PSOE por goleada el 9-J.
