Ya lo dicen que el perro es el mejor amigo del hombre . La lealtad y fidelidad que muestran los canes con sus allegados es innegable y múltiples historias humanas en las que un cachorro ha hecho algo impensable por su propietario han copado las miradas de todo el mundo. Solo hace falta recordar, por ejemplo, acciones 'in extremis' de estos cuatro patas que han salvado a sus amos. Prueba de este amor por sus dueños son los reencuentros que protagonizan. Lo sabrá quien tiene un animal en casa , que la alegría que siente cuando uno regresa, por ejemplo, después de estar unas horas fueras para trabajar es desbordante. Saltos, ladridos y una emoción total son la mejor medicina para un mal día. Más emocionantes aún son los reencuentros cuando hace más tiempo que unos y otros están sin verse ni juguetear. Y esto es lo que precisamente se ha viralizado en estos últimos días en un vídeo que está dando la vuelta al mundo y en el que se ve a un perro y amo tras tres años sin verse. La publicación se subió en la cuenta de TikTok del usuario Will.power__ y acumula más de un millón de reacciones. En el vídeo, de casi un minuto, se observa a un pastor alemán a las puertas de su casa, tras una especie de vallado que está cerrado. El perro está con las orejas alzadas, señal de que está atento a lo que viene, y mirando en todo momento con máxima expectación la llegada de un coche oscuro. De repente, cuando ya ve quien está allí empieza a moverse y a remover la cola justo en la zona de la puerta, como presionando para que lo abran y poder ir hacia allí. Y así sucede. Un señor que está junto a él le abre la puerta y el perro sale corriendo como si no existiera un mañana hacia su propietario, que lo espera sin moverse y medio arrodillado. Llega allí, salta, pasa entre sus piernas como si lo estuviera abrazando y va dándole alguna que otra vuelta, con una actitud que demuestra en todo momento una máxima alegría . El pastor alemán también salta de vez en cuando hacia el coche oscuro con el que su fiel amigo ha llegado, en lo que parece también alegría y emoción por ver el coche. Lo que está claro es que, tres años después, elperro todavía recuerda y quiere mucho a su propietario.