El lunes por la mañana había una pregunta que corría a las puertas del juzgado de Plaza Castilla: “¿Alguien ha visto a González Amador?”. A pesar de haberse convertido en un personaje conocido, la pareja de la presidenta Isabel Díaz Ayuso ya tiene fama entre los medios de ser un escurridizo.
En su primera comparecencia ante la jueza, cuando nadie le conocía todavía, fue avistado con una peluca y rapado para evitar a la prensa. Esta vez, en el segundo intento de tomarle declaración como investigado, tampoco se ha dejado ver. Fuentes jurídicas han afirmado que no le han visto en toda la mañana y tampoco hay constancia de que haya entrado siquiera a los juzgados.
Los investigados estaban citados a declarar a las 10:00 horas, pero se ha retrasado hasta el mediodía porque tres de los acusados que venían de Sevilla no han podido comparecer a tiempo. En medio de la espera, ha saltado la noticia sobre los escritos que habían presentado PSOE y Más Madrid para aplazar la diligencia, pues habían encontrado indicios de otros delitos no contemplados al revisar un informe de la Agencia Tributaria en profundidad. Efectivamente, la titular del Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid ha decidido posponer la declaración.
Durante la jornada, además, se ha prohibido a los periodistas la entrada al edificio, lo que ha provocado el enfado de muchos profesionales y ha acentuado el sentimiento de incertidumbre y de caos que se había instalado desde antes de las diez.
