El estrés, la ansiedad y el ‘síndrome del impostor’ han dejado de ser tabúes en las empresas, pero siguen suponiendo uno de los principales problemas para los trabajadores, por lo que también se ha convertido, la salud mental, en un gancho de captación de empleo por parte de aquellas compañías que lo sitúan como una prioridad: el bienestar de los empleados.