La carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética se hallaba en un momento álgido cuando el Kremlin tuvo la idea de un golpe de efecto que asombraría al mundo: poner en órbita a una mujer para dar la vuelta a la Tierra. Se llamaba Valentina Tereshkova y completó 48 giros alrededor del planeta en junio de 1963. Yo había cumplido ocho años y recuerdo las imágenes de la hazaña en el NO-DO. Tereshkova fue la heroína de los niños de mi generación, una persona extrañamente popular y familiar en la España de Franco. Era una joven obrera que trabajaba en una fábrica textil, aficionada al paracaidismo, cuando fue seleccionada por la agencia espacial soviética para futuras misiones. Sus...
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