El 23 de junio es un día amargo para los seguidores de 'Sálvame'. A parte de que se cumple un año desde que cancelaron el programa de televisión, es el día que se apagó la luz de Mila Ximénez . La televisiva falleció en 2021 a causa de un cáncer de pulmón contra el que luchaba desde 2020. Así, se fue una de las míticas colaboradoras del programa vespertino. Sus compañeros la adoraban. Prueba de ello son todas las veces que han hablado de la madre de Alba Santana , con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, para rendirle homenaje. Su recuerdo sigue presente. Una de las que ha querido hablar sobre Mila Ximénez con motivo del tercer aniversario de su muerte ha sido Carmen Borrego . La hija de María Teresa Campos ha deslizado a 'La Razón' que era «la mejor colaboradora que ha tenido la televisión, un medio que perdió mucho cuando perdimos a Mila. Tenía un fuerte carácter, pero era la persona con mayor capacidad de pedir perdón que yo he conocido. Podía decir cualquier cosa de ti de repente, y si se daba cuenta de que no tenía razón, recapacitaba y te pedía disculpas, algo que es muy importante en la vida. En definitiva, fue una grandísima periodista y una extraordinaria mujer». Unas palabras similares a las que emplea Chelo García-Cortés : «Era súper cariñosa y tierna. Una cosa es el trabajo, en el que la veíamos muy aguerrida, y otra su vida personal. Por eso te digo que al mismo tiempo era sensible y dura, una mezcla de ambas, pero en las distancias cortas prevalecía su sensibilidad y ternura». «Nos preguntamos qué haría Mila en determinadas situaciones, siempre la tenemos en la boca, era una colaboradora maravillosa y daba muchísimo juego en el programa», ha deslizado Lydia Lozano al citado medio. También apunta que recuerda «como era en el plato, de lo mucho que la extrañamos». Por su parte, Gema López opina que « Mila Ximénez era el icono de 'Sálvame' una figura irrepetible de la televisión, a la que se le quería o se le odiaba, según los días, a partes iguales. En el fondo, el carácter que demostraba en el plato se venía abajo tras las cámaras. Tener ese personaje tan duro luego le pasaba factura». «Era impulsiva y arrebatadora, fuerte y guerrera por fuera y súper buena, un trozo de pan, por dentro, peleona, sensible y muy buena gente. Y muy leal con las personas que la rodeaban», recuerda Carmen Alcayde en 'La Razón'.
