Por las calles de Múnich, donde Escocia jugó contra Alemania; por las de Colonia, donde se enfrentó a Suiza; y ahora por las de Stuttgart, donde hoy se miden a Hungría, se ha escuchado esta semana la melodía que de niños en España acompañábamos con: "Un elefante/se balanceaba/sobre la tela de una araña"; pero tocada por gaitas y con la letra que acaba con la frase: "He’s Steve Clarke’s man, He’s better than Zidane, We’ve got super John McGinn" ("Es el hombre de Steve Clarke [seleccionador], es mejor que Zidane, tenemos al súper John McGinn").
Es el cántico que la "Tartan Army", la afición escocesa, dedica a su número "7", un símbolo para el equipo, un jugador de esos que nunca ganará el Balón de Oro, pero que todos los entrenadores quieren por lo que pelea y lucha, incansable y además goleador, como muestran sus 18 dianas en 67 participaciones con Escocia.
Uno de sus tantos, pero con su equipo, el Aston Villa, supuso el ascenso a la Premier League. También es un ídolo en los "villanos" y ha conquistado a su entrenador, el español Unai Emery, que una vez incluso tuvo que entrar al campo a defenderlo después de que hiciera una entrada durísima a Udogie en un partido contra el Tottenham. Pese a ser un futbolista de pierna fuerte, esa ha sido la única tarjeta roja que ha visto en la Premier. La otra vez que le expulsaron fue en el Hibernian, en su etapa en Escocia.
En esa época estuvo a punto de cortarse su carrera como futbolista cuando, jugando en el St. Mirren, un compañero le lanzó uno de las picas que utilizan en los entrenamientos y se le clavó en la pierna, quedando muy cerca de la arteria femoral. También de aquellos años le viene el mote de "Meatball", es decir, albóndiga. «Mi madre me rapaba toda la cabeza y mis amigos me decían que parecía una bola de carne», recordaba el centrocampista sin perder el buen humor. Emery desveló que después de algún partido ha bromeado con McGinn diciéndole que ya podía dejar de correr, una buena definición de lo que es como jugador. Aparte, el técnico destaca su carácter alegre y lo importante que es para el vestuario.
Emery; Diego Carlos, que es su compañero de equipo; o Monchi, el director deportivo del Aston Villa, tienen pasado en el Sevilla, pero ese no es el motivo por el que McGinn cantara el himno de "El Arrebato" para celebrar la histórica clasificación para la Champions esta temporada, como puede verse en el vídeo de "El Desmarque". La canción se le quedó grabada cuando en 2007 presenció la conquista de la segunda Europa League del conjunto hispalense ante el Espanyol. Vio en directo el encuentro disputado en Glasgow, en Hampden Park, ya que su abuelo era presidente de la Federación escocesa (antes había sido dirigente del Celtic).
Una de las celebraciones de McGinn cuando marca un gol es simular con los dedos que se pone unas gafas: "Mi sobrino tiene problemas de vista y tiene que usar gafas para poder jugar al fútbol. Pensé que le serviría de apoyo si me pusiera las gafas cuando anotara", explica.