Ni las leyes, ni la democracia, ni la soberanía popular. El día que fue elegido Josep Rull (Junts) nuevo presidente del Parlamento de Cataluña su primera ovación la dirigió a los derechos medievales, no fuera a estar escuchándole algún señor feudal entre el público. «Este Parlamento no tiene su origen en la Constitución española de 1978, sino que es la expresión de una nación milenaria, de una institución que va más allá de los siglos», afirmó durante su intervención valiéndose de una retórica muy recurrente entre los nacionalistas para evocar tiempos fantásticos y, lo cual no parece importarles mucho, incompatibles con el Estado de derecho y la igualdad de todos los españoles. Lo que califican los independentistas de libertades perdidas...
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