Así, a primera vista, podría parecer que los enormes agujeros negros supermasivos suponen un gran peligro para las galaxias en cuyos centros residen. No en vano, esos 'monstruos oscuros' atraen primero con su fuerte gravedad y devoran después sin contemplaciones cualquier cosa que se les ponga a tiro, desde estrellas a planetas o gigantescas nubes de polvo y gas. Pero un hallazgo presentado durante la 244 reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense en Madison, recién publicado en 'The Astrophysical Journal' y llevado a cabo bajo la dirección de la astrónoma Catherine Grier, de la Universidad de Wisconsin, acaba de confirmar una vieja creencia: que los agujeros negros supermasivos también hacen posible el nacimiento de nuevas estrellas, algo que logran acelerando...
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