Hablemos de Sudán, más de un año de cruenta guerra en el país han llevado el sufrimiento y las necesidades de la población a niveles extremos. Vemos cómo nuestros pacientes mueren por heridas, desnutrición, complicaciones en el parto y enfermedades. Sin embargo, la respuesta humanitaria en Sudán “es profundamente inadecuada”, declara nuestro presidente internacional en esta carta abierta.
Este Día Mundial del Refugiado, es vital que sigamos hablando de Sudán. Se trata de una de las peores crisis que el mundo ha visto en décadas. La cruenta guerra que Sudán atraviesa desde hace más de un año ha llevado el sufrimiento de la población civil hasta niveles extremos, con enormes necesidades que aumentan a diario.
Los pacientes mueren por heridas relacionadas con la violencia y por enfermedades prevenibles. Los niños y las niñas mueren de desnutrición. Las mujeres, por complicaciones durante el embarazo o el parto. Ya ha habido brotes de cólera y sarampión, y las vacunas se están agotando.
La respuesta humanitaria en Sudán es profundamente inadecuada, mientras que ambas partes beligerantes la dificultan hasta el extremo.
Y es que el Gobierno de Sudán deniega deliberadamente los permisos para el desplazamiento de personal y suministros a través de las líneas del frente. En algunas zonas controladas por las Fuerzas de Apoyo Rápido, la inseguridad y el acoso al personal médico dificultan enormemente la prestación de asistencia.
En plena guerra, tampoco las estructuras sanitarias se libran de la violencia y muy pocas funcionan hoy en día. Tanto es así que muy pocas organizaciones están hoy ya presentes en el país. En algunas zonas donde trabajamos, no hay ninguna. El resultado, un impacto devastador en la vida de millones de personas en todo el país.
Para una crisis de esta magnitud, esto es inaceptable; no se puede permitir. Este nivel de negligencia internacional es escandaloso. Sudán necesita urgentemente una respuesta humanitaria a gran escala, acceso humanitario seguro a todas las zonas del país, y un respeto total del derecho internacional humanitario.
Urge proteger y asistir a la población civil. Por ello, debemos seguir hablando de Sudán.