Era su prueba más dura, su carrera más difícil, y Mireia Belmonte se lanzó a la piscina con toda la ilusión del mundo en atrapar una medalla en forma de billete para los Juegos Olímpicos. Pero no logró tocar la pared en tiempo y forma correctos y la nadadora no participará en París 2024, la que hubiera sido su quinta cita olímpica. Después de brillar en Londres 2012 (plata en 800 libre y 200 mariposa) y Río 2016 (oro en 200 mariposa y bronce en 400 estilos), y regalarse una cuarta plaza en Tokio 2020, Mireia Belmonte quiso darse otra oportunidad, un último ciclo olímpico en el que dejar unos últimos surcos de su magnífica trayectoria. Pero las lesiones en los hombros, la edad y otros problemas extradeportivos (rompió con Fred Vergnoux y también con UCAM), mermaron las opciones de la badalonesa, que se lo jugó todo en los trials que se celebran estos días en Son Hugo, en Mallorca. Por ese problema físico en los hombros, que le impide rotar la articulación con facilidad y velocidad, Mireia había renunciado a pruebas de su especialidad, como mariposa, y tampoco había podido disputar apenas torneos en estos tres años desde Tokio. De hecho, su última competición internacional fue en Roma 2022. A partir de ahí, entrenamientos en el Club Natació Barcelona intermitentes por la lesión y sin tener demasiadas referencias de lo que podría conseguir en la recta final hacia los Juegos; unos clasificatorios de Róterdam a finales de 2023, y la competición de Nimes en abril para ganar ese rodaje competitivo perdido que le permitiera triunfar en el Trial de junio. En este campeonato de España de Mallorca, tres opciones a un billete: 200 y 400 estilos y 400 libres. Pero el objetivo era demasiado ambicioso incluso para una ganadora como ella. Su rendimiento durante este tiempo ya señalaba que estaba lejos de las marcas que daban la plaza olímpica, pero de Mireia Belmonte, ya lo ha demostrado en muchas ocasiones, no se pueden poner afirmaciones antes de que salte al agua. Sin embargo, no hubo milagro ni pudo atrapar ese 2:11.47 que necesitaba en la primera final, la de 200 estilos, que completó en 2:17.55. Tampoco lo pudo conseguir en los 400 estilos, pues cerró su carrera en 4:49.08 cuando la RFEN requería un 4:38.53. Y en la última opción, los 400 libres, incluso tuvo que esperar a la baja de otra nadadora para ser repescada para la final A porque no logró clasificarse directamente con su resultado de la mañana. Ya en la tarde, se quedó también muy lejos de los 4:07.90, con un tiempo total en esa calle 8 de 4:20.72. A partir de ahora, será ella quien dirija sus pasos hacia un futuro que se ha ganado con todo merecimiento, sin que haya trascendido si seguirá compitiendo o empezará a pensar en la retirada. La piscina siempre será suya. Jessica Vall también se quedó sin Juegos Olímpicos después de un esfuerzo enorme en estos tres años de ciclo y por solo dos centésimas. Con 35 años, la nadadora quiso aparcar su retirada un poco más y se afanó en lograr esa mínima en 200 braza, y la rozó durante buena parte de la carrera, pero el deporte no le perdonó esas dos centésimas por las que se queda fuera de París. Vall no pudo reprimir las lágrimas en la misma piscina justo al comprobar que no podría vivir sus terceros Juegos.