La gran protagonista de esta historia es una casa, de nombre Adelaide Cottage , que durante dos siglos ha sido testigo de todo tipo de sucesos, unos heroicos y otros deshonrosos. Es aquí donde Kate Middleton cura su cáncer, pero también fue escenario de una histórica infidelidad, cuando la Princesa Margarita vivió en su día un amor prohibido junto a Peter Townsend, un capitán del ejército casado por entonces, según recuerda ahora la prensa británica. Si la monarquía británica ofrece ya poco tiempo de respiro con el aluvión de noticias (y rumores) que se suceden en el día a día, el pasado también acude feroz para relacionar unos sucesos y otros. Y ahora es Adelaide Cottage el nexo de unión de varias historias que podrían entrar en una misma sección: infidelidades reales. Kate Middleton y el Príncipe Guillermo han vivido en su residencia momentos de zozobra con el cáncer contra el que ella lucha y que les dio un momento de respiro con la sonada aparición de la Princesa de Gales en el ' Trooping the Colour '. Esta lucha parece que ha solidificado una relación que vivió momentos de enorme tensión con la eventual infidelidad de Guillermo con Rose Hanbury , esposa de David Rocksavage, séptimo marqués de Cholmondeley. Ahora la prensa inglesa ha recordado 'la otra' infidelidad ocurrida entre los muros de Adelaide Cottage, una edificación que se encuentra en el interior del extenso parque de Windsor, a tan solo diez minutos del castillo Windsor, y que fue el lugar de retiro de la Reina Isabel II durante muchos fines de semana. Allí pasó sus últimos días y allí se encuentra actualmente su féretro. Fue en 1831 cuando se levantó tan intrigante construcción bajo la mirada del arquitecto Jeffry Wyatville. Sería el refugio de verano de la Reina Adelaida , esposa del rey Guillermo IV. No se trataba de una gran mansión, pero contaba con detalles que la convertían en toda una joya de la Corona. Sería contaría en sus memorias el propio Peter Townsend, quien se encargaba de cuidar los caballos de Jorge VI, padre de Isabel II. La casa ofrecía reducidas comodidades : fría y húmeda en invierno, pero deliciosa durante los meses de verano. Esta edificación cuenta con veinte habitaciones, pero tan solo tiene cuatro dormitorios . Destacan la chimenea greco-egipcia de mármol, los delfines dorados del techo dentro del dormitorio principal, los ornamentos románticos en el tejado y una peculiar fachada de color rosa pastel . En sus habitaciones ocurrió una vieja historia de infidelidades que esta vez nada tiene que ver con los Príncipes de Gales, sino con un amor prohibido protagonizado por la Princesa Margarita, hermana de Isabel II , y un hombre llamado Peter Townsend, un capitán con quien la royal tuvo una relación cuando estaba él casado . Su noviazgo comenzó en 1947, pero el capitán no se divorció hasta seis años después. Ya en 1955 ella emitió un comunicado en el que daba las razones por las que se negaba a casarse con él. Cuestión de fe. «Me gustaría hacer saber que he decidido no casarme con el capitán Peter Townsend. He sido consciente de que, sujeto a mi renuncia a mis derechos de sucesión, podría haber sido posible para mí contraer un matrimonio civil. Pero consciente de l as enseñanzas de la Iglesia de que el matrimonio cristiano es indisoluble, y consciente de mi deber con la comunidad, he decidido poner estas consideraciones antes que otras», argumentó. El 'Daily Mail' rememora ahora esta historia de época a la que no le faltó de nada: pasión, deslealtad, ruptura y olvido. Un recuerdo que el periódico califica como « intrigante » y que trata de desenmarañar tras hablar con varios expertos. «El capitán del grupo, Peter Townsend, vivió allí con su esposa Rosemary y sus hijos en la década de 1940, cuando sirvió como escudero del rey Jorge VI. Las princesas adolescentes Isabel y Margarita y su madre, la Reina Isabel, solían tomar té en los jardines de la cabaña con los Townsend y sus hijos pequeños . Townsend y Margarita tuvieron una relación sentimental antes de que él se separara de su esposa en 1952», recuerdan. Adelaide Cottage es hoy una mansión (modesta para los estándares) de máxima seguridad blindada contra todo, incluidos los rumores. Ni siquiera hay una habitación para la cuidadora de los tres hijos de Kate y Guillermo, la española María Teresa Turrion, quien está obligada a residir fuera de ella. Los Príncipes de Gales cambiaron Kensington Palace por esta residencia , más modesta, cercana al castillo de Windsor. Fue durante un tiempo la favorita de la Princesa Margarita y el capitán Peter Townsend.