Del 25 de julio al 16 de noviembre de 1938, entre la tierra alta de Tarragona y el oriente aragonés, las fuerzas de la República y los sublevados libraron una lucha sin cuartel que dejó millares de muertos
En la primavera de 1938, la guerra iba mal para la República. Había quedado partida en dos (Cataluña por una parte y, por otra, la zona centro que abarcaba el Levante y llegaba hasta Madrid y Extremadura) al alcanzar las fuerzas de Franco el Mediterráneo, y cada vez sufría más la falta de hombres y material. La población civil también estaba desmoralizada por el desabastecimiento y los bombardeos sobre retaguardia. ]]>