América y el mundo se frotaban las manos por el inicio del show de Messi, su última Copa América. Con el gafete de capitán de la campeona mundial Argentina, aún con gambeta y pique para levantar a la afición del asiento y desparramar rivales, el 10 se llevaba todos los reflectores.
Canadá, en cambio, era el extra de la película, el actor de fondo, uno más en el torneo, el que nadie imaginaba con el 0 a 0 en el marcador al final del primer tiempo.
Con una gran actuación del guardameta Maxime Crepeau, bien librado en dos mano a mano frente a Lionel Messi, uno ante Di María y otro ante Lautaro Martínez, la escuadra canadiense se lució en las dos áreas.
Del medio campo hacia adelante, el jugador insignia fue Alphonso Davies, tan lanzado al ataque como cada domingo con el Bayern Munich. Algunas incursiones suyas por el costado izquierdo, con centros rastreros al corazón del área argentina, estuvieron cerca de convertirse en la sorpresiva apertura del marcador.
Diez remates canadienses y un segundo tiempo de tú a tú, dan constancia de la digna presentación del coanfitrión del próximo Mundial.
Pero Argentina es Argentina. Y Messi es Messi. Con goles de Julián Álvarez (49′) y Lautaro Martínez (88′), la Albiceleste cumplió con su papel de favorito. Los 19 remates y el 65% de posesión de balón no permiten dudar de su juego ofensivo.
“Sabíamos de lo que era capaz Canadá. Fue como lo esperamos, un juego muy duro, muy fisíco. Con suerte logramos anotar pronto en el segundo tiempo. Tuvimos la paciecia de mover la pelota, para cuando llegara la oportunidad”, comentó Messi en declaraciones recién finalizado el juego.
Messi cumplió con su papel de jugador clave. Si bien se quedó con las ganas de anotar en dos duelos contra Crépeau, finalmente marcó diferencia con otra de sus especialidades: el pase filtrado entre zagueros rivales para dejar a sus compañeros de cara con el gol.
Primero asistió a Mc Callister, quien derribado en el área por el arquero canadiense vio recompensado el esfuerzo cuando el balón suelto quedó a merced de Julián Álvarez, anotador del primer tanto.
Messi lo volvió a hacer en el cierre del juego colando una pelota al espacio vacío, a la medida del pique en diagonal hacia el área de Lautaro Martínez. Esta vez, el atacante logró definir en medio de las piernas de Crépeau, justo cuando otro achique fenomenal estaba a punto de negarle el gol.
El tanto bajó el telón de un partido que advierte a Perú y Chile del fuerte reto por delante, más allá del duelo entre sí este viernes (6 p. m.). Como integrantes del Grupo A, no solo deberán preocuparse por el show de Lionel Messi.
