La genética de las personas con cabellos rubios y ojos claros ha sido objeto de gran interés, tanto desde el punto de vista científico como social. Estos rasgos, históricamente valorados estéticamente en muchas culturas, revelan un fascinante trasfondo de complejidad evolutiva.
Desde las antiguas migraciones hasta la actualidad, la prevalencia de estas características en ciertas poblaciones, como en Escandinavia, y su menor frecuencia en otras regiones, reflejan la interacción entre genética e historia en la configuración de la diversidad fenotípica humana.
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Según el portal Muy Interesante, las investigaciones científicas sobre el pelo rubio revelaron aspectos fundamentales de la genética humana.
Estudios de la Universidad de Stanford identificaron una mutación específica que desempeña un papel crucial en la pigmentación del cabello rubio. Esta mutación afecta a un interruptor regulador del gen KITLG.
Este cambio implica una modificación de una sola letra en la secuencia de ADN, de adenina (A) a guanina (G), dentro de los tres mil millones de letras que componen el genoma humano.
La reducción de la actividad de este gen en la piel, altera la producción de melanina, el pigmento que da color al cabello y a la piel. Esto da como resultado un cabello rubio, lo que demuestra que cambios genéticos sutiles pueden tener efectos visibles y duraderos.
Este hallazgo ayuda a explicar la diversidad de rasgos humanos y ofrece perspectivas sobre el funcionamiento del genoma, con énfasis en que aún las diferencias más superficiales, pueden tener raíces genéticas profundas y precisas.
En amplias regiones de Europa, las condiciones climáticas y ambientales han desempeñado un papel determinante en la evolución de rasgos humanos peculiares como el cabello rubio y los ojos claros.
Las zonas europeas frías, marcadas por sus largos y oscuros inviernos, experimentan una escasa exposición a la luz solar, factor esencial para la síntesis de vitamina D en el organismo humano.
Ante esta falta de radiación ultravioleta, la selección natural favoreció una pigmentación más sutil. La piel, el cabello y los ojos claros permiten una mejor absorción de la luz solar, facilitando así una mayor síntesis de vitamina D en entornos con escasa luminosidad.
Este cambio en la pigmentación se convirtió en una característica predominante entre las poblaciones de estas latitudes y son el resultado de un complejo proceso de adaptación evolutiva frente a los desafíos ambientales impuestos por el clima extremo del norte.
Más allá de sus orígenes nórdicos, la dispersión de las personas con cabello rubio y los ojos claros se vio impulsada por migraciones y cambios sociales a lo largo de los siglos.
Durante la Edad Media, los vikingos, conocidos por estos rasgos, se establecieron en diversas partes de Europa, llegando incluso a las costas del Mediterráneo y el Mar Negro.
Esta migración llevó consigo la mutación genética responsable del cabello rubio, que se mezcló con las poblaciones locales, propagando estos rasgos.
En la actualidad, la prevalencia de personas con cabello rubio es notablemente alta en Escandinavia:
En Suecia y Noruega, aproximadamente el 80% de la población tiene cabello rubio.
En Islandia este porcentaje es del 63%.
Además, las migraciones europeas hacia América y Australia en los siglos XIX y XX lograron que estos rasgos genéticos se dispersaran a nivel mundial.