Pedro Sánchez está dispuesto a implicarse para ayudar a que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat y evitar una repetición electoral en Cataluña que podría desestabilizar la legislatura a nivel nacional y eliminar cualquier posibilidad de tener unos Presupuestos para 2025. Moncloa tiene un plan para ‘camuflar’ la financiación.
No se pasa por alto que Sánchez ha abierto con claridad en los últimos días el espacio de negociación con ERC, el partido que decide si Illa preside la Generalitat o se va a repetición de elecciones, las dos únicas opciones viables.
El presidente ha insistido en que la idea de una “financiación singular” para Cataluña, que reclama Esquerra, “es factible”, porque en su opinión “es compatible mejorar el sistema de financiación autonómica desde el plano multilateral y al mismo tiempo articular una financiación singular para un territorio tan importante como Cataluña”.
Hay que recordar que ERC exige por ahora una especie de concierto económico vasco con una cuota de solidaridad, y los socialistas insisten en que ahí no pueden llegar. En Moncloa recalcan también que son “condiciones de máximos”, algo –recuerdan- muy habitual en el arranque de las negociaciones con los socios independentistas.
Pero el hecho de que Sánchez haya pronunciado el término “financiación singular”, aunque no quede del todo claro qué quiere decir con ello, evidencia la implicación directa del presidente en las conversaciones. Porque la reforma de la financiación autonómica no es algo que competa a Salvador Illa, líder del PSC, sino a La Moncloa.
Además de la condonación de 15.000 millones de euros de deuda a Cataluña, fuentes del Gobierno central, a las que ha tenido acceso Confidencial Digital, reconocen que Sánchez trabaja en una propuesta a ERC que ‘camufle’ el traspaso de 9.000 millones de euros a la Generalitat en los próximos cinco años.
En Moncloa están convencidos de que, aunque la idea de una “financiación singular” ha encendido las críticas de la mayoría de presidentes autonómicos, no solo los del PP, también el socialista Emiliano García-Page, la inquietud se resolverá en cuanto comprueben que el Gobierno central acaba planteando una gran reforma de la financiación autonómica para que todos los territorios mejoren.
En el caso de Cataluña, se insiste, la Generalitat tiene transferidas competencias que la mayoría de las otras autonomías del régimen general -el País Vasco y Navarra no están en él- no ejercen.
Por eso, Pedro Sánchez va a vender que el resto de comunidades autónomas no tienen estas competencias para recibir esa “financiación singular” y tratar de frenar así una revuelta de los presidentes del PP, García-Page y otros barones del PSOE.
En La Moncloa creen que esa batalla de la financiación autonómica, que ya es imprescindible porque el modelo actual está caducado y no funciona, acabará dividiendo a las autonomías del PP porque tienen intereses diferentes -las más ricas y pobladas chocan con las pobres más despobladas, por ejemplo- y no podrán actuar como un bloque.
Cataluña requiere por tanto de más recursos porque asume competencias que otras comunidades no tienen, y que ahora todo apunta que tendrá que gestionar Salvador Illa tras una eventual investidura de última hora en el mes de agosto.
Illa y su equipo en el PSC defienden, de hecho, esa “financiación especial” que requiere la Generalitat, especialmente por las competencias propias con las que no cuentan otras administraciones.
Los socialistas citan por encima del resto la seguridad, vinculada a la policía autonómica de los Mossos d’Esquadra, y la política penitenciaria, que tampoco tienen el resto de gobiernos territoriales, y la necesidad de cubrir más de 1.300 jubilaciones.
Pero a esas dos competencias se suman las políticas de impulso de la lengua catalana, las de la investigación y el desarrollo y, en el futuro, una vez que acabe la transferencia prometida, la financiación del servicio de Cercanías de Renfe, Rodalies.
Según las fuentes consultadas, una de las patas de la financiación ‘encubierta’ es el despliegue de los Mossos d’Esquadra hasta 2030.
El Ministerio del Interior está de acuerdo en sufragar con casi 2.000 millones de euros el aumento en más 3.000 agentes el cuerpo de la policía autonómica catalana, hasta los 22.000 efectivos dentro de seis años. Ambos organismos han rubricado la transferencia de 93,5 millones para este mismo año 2024.
También contempla 46 millones para igualar la jubilación anticipada de los Mossos d’Esquadra con los cuerpos de Policía Nacional y Guardia Civil.
Hay que recordar también que el acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez, que alcanzaron PSOE y ERC, contempla un “traspaso integral” de Rodalies, incluyendo “vías, trenes y recursos” de la marca con la que hasta ahora Renfe opera las Cercanías y los Regionales que circulan por Cataluña.
Fuentes conocedoras del pacto explican a ECD que esta cesión se producirá “por fases” con inversiones comprometidas por más de 6.000 millones hasta el año 2030.
En cualquier caso, Pedro Sánchez asume que Illa necesita un acuerdo público con ERC sobre financiación singular antes de la investidura, es decir, como mucho a finales de agosto, y la reforma de la financiación autonómica puede tardar muchos meses más.
Por ello, el presidente quiso desvincular este miércoles la reforma de la financiación autonómica, con el reconocimiento de una singularidad para Cataluña, de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
Así respondió a la diputada de Junts, Miriam Nogueras, que le preguntó en la sesión de control en el Congreso si los catalanes solo merecerán el dinero que les corresponde si Illa logra la Generalitat.
Sánchez pidió a Nogueras que leyera los acuerdos de investidura con ERC, en el que figura el “compromiso” de un nuevo sistema. “No estamos hablando de la investidura del señor Illa”, zanjó.