España ha convencido a Bruselas de que no le abra procedimiento por déficit excesivo, es decir, se libra del reproche fiscal que sí se llevarán otros países por no situar sus números rojos este año por debajo del 3% del PIB.
Los motivos que ha expuesto España son que en 2023 su déficit público era del 3,6% y que en 2020, en lo peor de la pandemia, llegó al 10,1%: una rebaja de casi siete puntos en tres años. Y esa tendencia va a continuar en 2024 y 2025, según las previsiones tanto de España como de la UE.
En cambio, la Comisión Europea va a abrir este procedimiento de déficit excesivo a Italia, Francia, Polonia, Bélgica, Eslovaquia, Malta y Hungría. La inclusión de Francia en este grupo en este preciso momento no es nada cómoda para este país, puesto que la segunda economía de la UE está inmersa en plena campaña electoral con un presidente, Emmanuel Macron, asediado por los dos flancos y con unas encuestas que dan una probable victoria a la extrema derecha.
De ahí que, según ha podido escuchar El Chivato a altos cargos de la CE, Francia haya intentado que España estuviera incluida también en el grupo de países a reprender. De ese modo, Macron quería compartir con Sánchez el señalamiento.
En cambio, los técnicos de la UE han aceptado los argumentos del equipo del ministro de Economía, Carlos Cuerpo. “España no se deja engañar por Francia, ni para salvar a Macron”, ha escuchado El Chivato en la cúpula económica del Gobierno.