Se puede decir que lo de José Ángel y Patricia ha sido llegar y besar el santo. Esta pareja afincada en Mota del Cuervo (Cuenca) decidió apostar todo a la misma carta: la del vino. Allí, en esta localidad conocida como 'El Balcón de La Mancha', han echado raíces como sus viñas para poner en marcha un proyecto vitivinícola que, después de cinco años, comienza a recoger sus frutos en forma de reconocimientos. Noticia Relacionada estandar No La pequeña bodega conquense que devuelve la vida a uvas olvidadas en Castilla-La Mancha Mariano Cebrián La Niña de Cuenca, ubicada en el pueblo de Ledaña, se ha unido al vivero Vitis Navarra y al IRIAF-IVICAM para recuperar y obtener nuevos clones certificados para la elaboración de vinos finos de calidad de variedades autóctonas Así es como Vinos Serapio se ha alzado con el segundo puesto en la XXX Edición del Concurso de Vinos de la Diputación de Cuenca con su monovarietal de Sauvignon Blanc de la añada de 2023 . Una variedad que Patricia, enóloga de profesión, conoce bien gracias a las elaboraciones que realizó años atrás en Nueva Zelanda, país muy focalizado en el cultivo y producción de vinos de esta variedad. Serapio 2023 , que es así como se llama el vino, está elaborado con uva Sauvignon Blanc al 100% procedente de la parcela familiar situada dentro del complejo lagunar de Manjavacas, la cual se maneja de forma ecológica. Así se lo explica a ABC la otra pata de este proyecto, José Ángel, descendiente de una larga saga de viticultores de la zona: «La parcela está en un suelo franco arenoso en estricto secano, lo cual lo intentamos paliar con podas cortas, mínimo arado, pero sin dejar actuar las malas hierbas, aclareo de vegetación, podas en verde y sombreado de racimos, orientándola con todas las labores a bajas producciones». Toda la gama de Vinos Serapio con el título del premio conseguido para su Sauvingnon Blanc de 2023 Imagen Cedida Es una edición limitada de 1.150 botellas que ha fermentado de manera controlada y que ha estado en contacto sobre sus lías finas durante 3 meses , siendo mínimamente filtrado para conservar sus aromas. De color amarillo brillante con reflejos verdosos, sus aromas cítricos, florales, herbáceos y con recuerdos de fruta exótica, consiguen una boca fresca, intensa, con mucho volumen y persistente. Otro Sauvignon Blanc procedente de la misma parcela, Serapio Risco , según informa, se elabora a partir de la uva seleccionada en una zona específica de la parcela que presenta una losa de piedra a poca profundidad, lo que origina un suelo poco profundo y pedregoso, que se traduce en mineralidad y frescor en boca del futuro vino. «La uva es la apropiada para la elaboración que llevamos a cabo con este vino, que fermentamos 100% en barrica de roble, seguido de una crianza en la propia barrica, en contacto con sus lías finas. Mantenemos la esencia y el perfil de Serapio Risco, apareciendo en boca las características de la elaboración… boca golosa, volumen, persistencia, buena integración de la madera, una boca amplia sin perder la acidez y el frescor», destaca José Ángel, que indica que de él elaboran 500 botellas de este vino de largo recorrido con un buen potencial y vida en botella. Otro Airén y Syrah Su último blanco es Serapio Airén, variedad autóctona por antonomasia de la zona y de La Mancha en general . «Hemos querido respetar todo el potencial que tiene la variedad, dando como resultado 500 botellas de un vino expresivo y que pone de manifiesto las peculiaridades del suelo», afirma el responsable de la bodega, que dice que las uvas con las que se elabora proceden de una parcela de más de 40 años con una viña madura formada en vaso, con personalidad, que junto con la fermentación en contacto con las pieles hace de este vino un airén diferente. La última incorporación a la familia es Serapio Calizo, un tinto Syrah procedente de una viña arenosa, de suelo profundo, relativamente pobre, que se adapta muy bien a la variedad , originando una maduración lenta, donde la concentración de aromas y sabores es máxima. La influencia de un suelo muy calizo y salino en la zona hacen que en el vino aparezcan una amplia gama de matices. Junto con la crianza en barrica de roble americano, dan lugar a un vino goloso, sabroso, equilibrado y persistente del que en esta añada se han elaborado 1.100 botellas. Patricia y José Ángel posan con las barricas de su pequeña bodega situada en Mota del Cuervo (Cuenca) Imagen Cedida Todos los trabajos en bodega, apunta José Ángel, se realizan de forma manual, ya que su filosofía es trabajar la materia prima en viñedo y, a continuación, acompañar la uva durante todo el proceso de elaboración sin intervenciones innecesarias. «En todos los vinos, hemos evitado someterlos a un proceso de estabilización tartárica. El objetivo es omitir los procesos donde se pueda perder intensidad aromática y calidad. Por ello, una posible aparición de precipitado tartárico es completamente natural, sin comprometer la calidad del vino», concluye. En Vinos Serapio no tienen, por ahora, oferta de enoturismo, pero si uno decide acercarse a conocerles serán bien recibidos. Patricia y José Ángel abren las puertas de su pequeña bodega para mostrar al visitante su trabajo y las elaboraciones de autor que de aquí nacen. En cualquier caso, disponen de tienda online para todo aquel que quiera disfrutar de sus vinos . ¿A qué esperan para probarlos?