Resumen del Austria 0-1 Francia, partido de la jornada 1 de la fase de grupos de la Eurocopa 2024. Debut de Mbappé con victoria por la mínima.
Austria sacó más córners, dio más pases y marcó el único gol del partido. Y Francia ganó el partido. A Didier Deschamps, centrocampista con la selección campeona del mundo en la que jugaba Zidane, que nadie le venga con teorías sobre el fútbol de posesión o qué diablos es jugar bien, esa pregunta que se suele hacer quién no gana.
Él tiene muy claro cómo tiene que jugar su selección francesa para ir sacando los partidos. Y en el deporte profesional, podemos dar las vueltas que queramos o contarnos el relato que nos haga sentir más orgullosos, en el deporte profesional, digo, el resultado manda. Y Francia puede presumir de eso.
Y es que, además mereció ganar. Tuvo más oportunidades, alguna de ellas muy claras y cuando atacaba de verdad Austria sufrió. Es verdad que los austriacos intentaron mantener su creencia en su fútbol: presión alta y mucho desgaste y fútbol rápido de toques cortos para ir ganando campo. Lo hace bien, a veces es bonito. Ah, no le sirvió para nada.
El fútbol de Francia puede ser más simple, pero también es más poderoso. Consiste en defenderse bien con Kanté y Rabiot comenzando las labores defensivas en el centro del campo. ¡Qué espectáculo es Kanté, por cierto, cuando corre a tapar espacios!
Y el plan de Deschamps continúa con la segunda parte del plan: que la pelota llegue cuanto antes a los de arriba, principalmente a Mbappé, al que hay que intentar dejarle espacios para la carrera. Le salió un par de veces; una en la primera parte, que se marchó fuera como si Kylian fuese Lukaku.
Cuando sucedió esa jugada, Francia ya iba ganando gracias a una jugada de Mbappé que remató Wöber como si fuera Spasic en un partido del Real Madid contra el Barcelona (que puede que ni los millennial lo recuerden): un remate perfecto de cabeza, cruzado e imparable... aunque en la portería su portero. Así que Mbappé sigue sin marcar en la Eurocopa.
Un gol a favor es una bendición para Francia, que puede dedicarse sin complejos (aunque tiene cero complejos) a jugar a lo suyo. Con Mbappé, Thuram y Dembélé es imposible hacer otra cosa o si es, Deschamps ni la imagina. El único que puede hilar algo ahí es Griezmann, pero muchas veces parece superado por la verticalidad de los suyos, por los esfuerzos que tiene que hacer y por los golpes que se va dando, que fueron múltiples en su estreno contra Austria.
Tampoco acabó el partido Mbappé, que se fue con la nariz sangrando y entrando en el campo (cuando estaba siendo atendido fuera) para perder tiempo. Porque a Francia el gol a favor le pareció suficiente casi todo el tiempo. Sólo tuvo un rato en la segunda parte cuando dominó algo el partido y pudo encerrar a Austria en su área. Pero como no lo necesitó, tampoco insistió mucho.
No le importa no tener el balón y acabó el encuentro sin Griezmann, Mbappé y Dembélé. Confía tanto en sus posibilidades, en su forma de jugar y en los recursos que tiene, que se siente más débil con los cambios. Austria dejó una imagen bonita; Francia muchas heridas y la primera victoria. Indiscutible.
