Más de 300 alumnos extranjero s recalan cada año en el sistema educativo catalán. De éstos, la mitad no acaba la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Las aulas de acogida, recurso habilitado en el curso 2004-2005 por la Generalitat para que los alumnos inmigrantes recién llegados a Cataluña aprendan la lengua autonómica en el momento de su incorporación al sistema educativo, llevan años dando muestras de fatiga. Los altos índices de abandono escolar prematuro por parte de este alumnado (casi doblan a los de los estudiantes autóctonos) son una muestra de que, según señalan a ABC algunos profesionales del sector, «Cataluña debe plantear cambios en su sistema de acogida a este alumnado». El Consorcio de Educación de Barcelona , ente en el que participa en un 60 por ciento la Generalitat y en un 40 por ciento el Ayuntamiento de Barcelona, anunció a mediados de 2023 una nueva vía para inmersionar en la lengua autonómica a este alumnado, lo que algunas fuentes del sector denominaron 'inmersión exprés'. Se trata de cursos acelerados de catalán dirigidos a los estudiantes de 2º y 3º de ESO que, a diferencia de las actuales aulas de acogida, acogen a este alumnado y le instruyen en el dominio del catalán antes de escolarizarse. Alumnos procedentes de Pakistán, India, Marruecos, China, entre otras nacionalidades, reciben durante cinco meses 30 horas semanales de catalán (clases solo de lengua sin ninguna otra materia). Las imparten docentes del centro con el acompañamiento de profesionales de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI), con los que mantienen una mentoría semanal. 'Inmersión exprés' al catalán previa al contacto con el currículo. El objetivo, según arguyen desde el Consorcio, es que antes de recalar en el sistema estos estudiantes dominen la lengua catalana y tengan más instrumentos. El proyecto ha empezado este curso en un total de ocho institutos catalanes -han ofrecido estos cursos a un total de 134 alumnos de diversas nacionalidades entre septiembre de 2023 y enero de 2024- y el curso 2024-2025 pondrá el foco también en el alumnado que llega a Cataluña hablando español, según ha anunciado el Consorcio, que ya ha presentado los primeros resultados de su plan piloto. 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Con el objetivo de averiguar si esto es realmente así, iniciamos una nueva prueba piloto con dos aulas de acogida acelerada diseñadas expresamente para este alumnado», señala en declaraciones a ABC Gemma Verdés , directora de Estudios Postobligatorios del Consorcio de Educación de Barcelona. Docentes y entidades en defensa del bilingüismo, por su parte, critican la iniciativa que ven como «una forma más de segregación de un alumnado que ya domina una de las lenguas oficiales en la comunidad». A juicio de Ana Losada, presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), «las aulas de acogida, en general, no facilitan la integración del alumnado recién llegado al sistema educativo catalán, todo lo contrario. Esos alumnos son apartados de sus compañeros y de cursar las asignaturas con ellos para emplearse solo en dominar la lengua catalana, el resto no importa». Losada añade, además, que en relación al proyecto de 'inmersión exprés' que pretende separar al alumnado de lengua española, «es doblemente injusto pues son alumnos que dominan una de las dos lenguas oficiales y se desenvuelven socialmente con ella sin problemas. Forzar el aprendizaje de la lengua catalana de esta manera no favorece ni a los alumnos ni a la estima que ellos tendrán en el futuro de esta lengua». En la misma línea se pronuncia, Carlos Silv a , presidente de la asociación de maestros y profesores Docentes Libres . «Desde la asociación hemos sido críticos en que en la acogida no se distinga entre la situación de alumnos hispanoamericanos y alumnos procedentes del resto del mundo, pero no porque quisiésemos que se les separase en un aula especial, sino porque el hecho de hablar castellano, en una situación normal en la que parte del currículo fuese en esta lengua, sería posible incorporarlos al sistema educativo por la vía rápida», señala el docente. Advierte, asimismo, de que «al priorizarse la cuestión del catalán por encima de cualquier otra consideración, se está de hecho discriminando a alumnos que podrían incorporarse sin problema al sistema. La vía no es segregarlos por motivos lingüísticos, sino aprovechar su conocimiento de nuestra lengua común para su adaptación rápida al sistema educativo». Y recuerda en este sentido que «hay datos que demuestran que Cataluña es la región donde los alumnos hispanoamericanos tienen mayor dificultad de integración y sienten una menor identificación con sus centros educativos». No obstante, desde el Consorcio defienden que las AAA son un buen sistema y presentan sus primeros resultados. Según datos facilitados por el ente educativo, un 73,95% de los 119 alumnos (del total de 134 de estas aulas) que en enero se presentaron a los exámenes del nivel A2 de catalán los superaron. Previamente, entre el 30 de noviembre y el 12 diciembre, 122 de los 134 alumnos se presentaron a las pruebas del certificado A1 y lo aprobaron 107 alumnos (un 87,7 %). Según el Consorcio, un 29% de los que no aprobaron son alumnos con necesidades educativas especiales o alfabetización muy débil. Según el Consorcio, esta nueva fórmula para que los alumnos inmigrantes aprendan el catalán «favorece la adquisición de la lengua vehicular del sistema educativo en Cataluña, lo que permite aumentar las posibilidades de éxito en el futuro itinerario formativo de estos jóvenes, que, después de asistir, se incorporan a las aulas ordinarias». «Los datos nos indican que el modelo de las Aulas de Acogida Acelerada favorece el aprendizaje de la lengua de una forma más eficaz. Esto hace que el alumnado que asiste pueda incorporarse al aula ordinaria con un dominio básico de la lengua, es decir, del instrumento que debe permitir la adquisición del resto de competencias», señala Gemma Verdés . La directiva del Consorcio explica que «el proyecto de estas aulas de acogida surgió al constatar que el alumnado recién llegado a la ESO es el que más abandona : está 30 puntos por encima de sus compañeros. Si podemos asegurar que el alumnado se incorpore al aula ordinaria con la capacidad de entender y expresarse, podrá involucrarse con mayor facilidad en las dinámicas escolares. Y esto es importante no sólo en lo que se refiere a los aprendizajes curriculares, sino que también por la posibilidad de crear vínculos con sus compañeros. Pensamos que todo ello favorece la continuidad educativa de este alumnado«. Los alumnos que han participado en el proyecto de 'inmersión exprés' han recibido cada semana 30 horas semanas de clase, que incluyen, además de la parte lingüística, la competencia sociocultural y el acompañamiento psicopedagógico y emocional necesario al enfrentarse a una lengua nueva. Los centros que han acogido estas aulas son los institutos Verdaguer, Martí Pous, Angeleta Ferrer, Juan de Austria, Barcelona-Congreso, Menéndez y Pelayo, Teresa Pàmies y Lluís Vives , todos ellos en Barcelona. Según las posibilidades de cada uno de estos institutos, han mantenido al alumnado o bien se ha redistribuido a otros centros para incorporarse al aula ordinaria. Se prevé la continuidad de los ocho centros en dos ediciones consecutivas. El próximo curso la previsión es que acojan 200 alumnos (los ocho que ya funcionan y los dos dirigidos a estudiantes hispanoamericanos).