La marcha de Sergio Ramos del Sevilla FC es la crónica de una muerte anunciada, el fin de una unión, que por las condiciones en las que se encontraba el club cuando el jugador llegó, estaba destinada a acabar con los problemas sistémicos del Sevilla y acabó poniendo parches a un barco al que poco a poco le fue entrando cada vez más y más agua. Ramos llegó a Sevilla para dar liderazgo y orden a un vestuario , que a pesar de haber levantado pocos meses antes un título europeo y casi ganar otro, ya en la temporada anterior vivió el preludio del Sevilla que el aficionado ha visto en la temporada 2023-24. La temporada del jugador sevillano en números se ha saldado con 37 partidos, un total de 3.301 minutos, siete goles y una asistencia , estadísticas que en ataque son más que aceptables para un defensa central del que no hay que olvidar sus 38 años. Su llegada no casó con las esperanzas que el aficionado sevillista ponía en Sergio Ramos, poco adecuadas a la situación en la que posteriormente se iba a encontrar el club. El baile de entrenadores catapultó al jugador a tener mas protagonismo , gozar de continuidad y hacerse con el centro de la zaga y con mayor peso si cabe en un vestuario que vio como dos de sus cuatro capitanes abandonaban el club en invierno. Sin embargo, la función de Sergio fue mas allá del desempeño en el campo . Como confesaba Óliver Torres recientemente, cuando hizo falta echarse el equipo a la espalda en los momentos difíciles de la temporada, como la derrota contra el PSV en Champions, agarró el toro por los cuernos y arengó al vestuario e instó a marcharse a todo aquel que no estuviese comprometido con la causa , que no era ni mas ni menos que conseguir volver a la senda de la victoria. Código Desktop ℹ️ @SergioRamos no seguirá en el #SevillaFC. #WeareSevilla— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC)
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June 17, 2024 Durante la temporada, Ramos ha tenidos su más y sus menos con sus detractores que no le querían dentro del Sevilla y con aquellos que en los momentos mas complicados del club, que rozaba el descenso, protagonizaban insultos y arremetían contra los jugadores. Ramos no dudaba en contestar, como ya haría en el postpartido del partido que abría el año en el cual el Sevilla perdía en el Ramón Sánchez-Pizjuán por 0-2 ante el Athletic enfrentándose con un espectador que increpaba al camero. La llegada de Quique Sánchez Flores le terminó de dar las alas que comenzaron a volar con la llegada de Diego Alonso y la salida de Mendilibar. El entrenador y el jugador se entendieron a las mil maravillas y lo mas importante: remaban en la misma dirección. El objetivo de la temporada se vio alterado por la senda negativa de malos resultados y ambos entendieron que lo correcto era aceptar el escenario que se planteaba, que no era otro que la salvación. El sueño de Sergio Ramos de volver al Sevilla ha sido un sube y baja de emociones que ha durado tan solo nueve meses . Las exigencias y el rol para el que vino se han visto cumplidas tras una temporada de la que poco se esperaba del club y había que salvar los muebles a toda costa. Cumplió con su deseo de volver a vestir la camiseta del Sevilla , volvió como capitán del equipo del que se fue siendo un niño y aunque es imposible gustar a todos, hizo las paces en su llegada con cierto sector de la afición que andaba renqueante con su vuelta. Un cúmulo de sensaciones que en menos de un año, llegó a su fin.
