Finalizado el partido de ida de la final del playoff de ascenso a Primera, faltan siete días para que llegue el domingo en el que el
Espanyol se jugará su futuro más inmediato y desde luego que se harán larguísimos para sus aficionados. La derrota sufrida este domingo en el
Carlos Tartiere resultó sin duda dolorosa, pero el hecho de haber finalizado la fase regular de Segunda en una posición mejor que la del
Oviedo hace que el conjunto blanquiazul cuente con la ventaja de que cualquier empate en el global de la eliminatoria le otorga el ascenso. Dicho de otra forma, tras perder 1-0 y no 2-0 tras la anulación del gol de
Masca que puso el corazón del espanyolismo en un puño, el
Espanyol sabe que siempre que gane el partido de vuelta se consumará su regreso a Primera división. No necesita de una goleada, vale con lograr un resultado propio de llevar el ‘1’ a la quiniela independientemente del tanteo. Un escenario que seguramente cualquier perico hubiese firmado cuando empezó este playoff de ascenso. Y en el mismo sin duda que el equipo necesita que la afición le lleve en volandas a lograrlo.
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