‘El Zorro’ recibió la noticia de que no disputaría la Copa del Mundo tan solo días antes de que La Sele viajara al país sudamericano. 10 años después, el volante recuerda cómo asimiló el trago amargo.
Aquel 30 de mayo de 2014 es un día difícil de olvidar. Faltaban solo días para que la Selección Nacional viajara a Brasil para participar en el mundial y el entrenador de la Tricolor, Jorge Luis Pinto, ya tenía la lista de 23 jugadores que lo disputarían.
En ese momento había 26 jugadores, por lo que solamente tres iban a quedarse. De antemano se sabía que Álvaro Saborío no iría (por lesión), por lo que el director técnico solo debía descartar dos futbolistas más de la lista.
Carlos Hernández confiaba en que él iba a estar entre los seleccionados; sin embargo, los planes de Pinto eran otros y junto a Kendall Waston tuvo que ver el mundial por televisión, en sus casas.
Para El Zorro, como se le conoce popularmente, fue un balde de agua fría, pero que no le quedaba más que aceptarlo.
Hernández cuenta que en ese momento sus compañeros se levantaban y le daban la mano y lo abrazaban, pues sabían que era un momento difícil tanto para él como para Waston.
“A veces, ellos piensan que es un momento incómodo y tal vez creen que uno no quiere hablar ni nada, pero no, nosotros lo tomamos con mucha tranquilidad, muy profesionalmente. Sí, dolió, como todo, porque ir a un mundial es lo más lindo que anhela un jugador, pero a la vez lo tomamos muy maduramente”, detalla Hernández.
Lo que no podían entender era por qué habían sido ellos los elegidos para quedar fuera de la lista de convocados.
Hernández había trabajado muy duro para poder ir a Brasil 2014. A sus 32 años, el talentoso volante sabía que aquella era su última oportunidad de jugar con la Selección Nacional en una Copa del Mundo y, por ello, siguió al pie de la letra las recomendaciones que le dieron. Perdió grasa, perdió peso y se esforzó en la parte física.
“Sinceramente le digo que sí pensaba que iba a ir a ese mundial... por todo lo que venía pasando. Cuando uno está ahí adentro y está entrenando, uno se va dando cuenta de las cosas. Yo, gracias a Dios, fui el primero en empezar a entrenar, estaba haciendo las cosas bien, hice todo lo que me pidió el profesor Pinto, el tema de la grasa, el peso y todo eso se lo cumplí. Le puedo asegurar que me esforcé al máximo”, relata El Zorro.
Kendall Waston, Carlos Hernández y sus memorias de Brasil 2014, el mundial que no fue
Sin embargo, faltando unos diez días para que se diera la lista oficial para el viaje hacia Brasil, Hernández cuenta que “las cosas empezaron a cambiar”, pues había otros jugadores que también destacaban, pero su esperanza seguía intacta.
Cuando finalmente llegó el momento de “la verdad”, recuerda que se fue tranquilo para su casa.
“Sentía un poquito de impotencia, un poquito de tristeza, porque trabajé fuerte, me esforcé para poder ser tomado en cuenta, pero bueno, los 26 que estábamos ahí sabíamos que tenían que quedar tres fuera y eso ya iba a ser una decisión del cuerpo técnico. Nosotros, simplemente como futbolistas, teníamos que trabajar y tratar de convencer al técnico para poder ser tomados en cuenta en esa lista de 23″, dice.
Hernández considera que a él le ayudó mucho la forma en que su familia tomó la noticia, pues sus seres queridos estaban tranquilos, orgullosos de él y de su esfuerzo; sabían lo mucho que había trabajado. “Fueron una voz de aliento y apoyo”.
Quizá fue su madurez como jugador y sus experiencias anteriores las que le ayudaron a aceptar lo que ocurrió en aquel momento. Lo cierto es que el hoy exfutbolista afirma que disfrutó de Brasil 2014 por televisión, como un aficionado más, viendo a sus compañeros lograr una hazaña.
“Creo que lo viví como todos los ticos, con mucha euforia, mucha emoción de ver que la Selección Nacional estaba haciendo un gran mundial y en la parte ya más personal estaba muy tranquilo por lo que había sucedido”.
Eso sí, confiesa que por momentos, mientras veía los partidos y lo que el equipo estaba logrando, no podía evitar el “yo pude haber estado ahí, pero no se dio la oportunidad”.
“No me lamenté, pero sí sentí ese sinsabor de que uno podía estar ahí. Pero a la vez sentía mucha alegría de haber sido parte de esos 26 que empezamos en el Proyecto Gol a trabajar por ese sueño y por ese mundial que ya no se va a borrar de nuestras memorias, que va a quedar para toda la vida”, dice.
Hoy se siente orgulloso, pues tiene claro que de una u otra forma dio su “granito de arena” para que sus compañeros estuvieran en el mundial, tanto en los entrenamientos como en la eliminatoria.
Carlos Hernández ahora vive una etapa muy diferente como director técnico del equipo de Pavas, en la Liga Nacional de Fútbol Aficionado (Linafa).
A sus 42 años, El Zorro ya es un catálogo de experiencias. “Uno no puede sentirse confiado, siempre tiene que trabajar al máximo y estar seguro de que habrá momentos difíciles y saberlos asimilar”.
Si bien Carlos aspiraba a que Brasil 2014 fuera su último mundial, su historial ya registraba una experiencia similar, pues en el 2006 fue parte de los seleccionados que jugaron la Copa del Mundo que se disputó en Alemania y con ello se da por satisfecho.
“Ahora vivo el fútbol diferente, estoy en otra faceta, en una más de aficionado y de entrenador, que es completamente diferente a estar de jugador. Sin embargo, esa etapa de jugador siempre la voy a recordar, siempre va a estar en la memoria porque uno recuerda todo ese esfuerzo que hizo para lograr todo lo que le dio el fútbol. Recordar es bonito y yo creo que uno tiene que vivir con las cosas buenas que le dejó el fútbol”, finaliza el hoy entrenador de Pavas, en la Liga Nacional de Fútbol Aficionado de Costa Rica (Linafa).