Bridgetown, Barbados. Hay países que uno escucha desde pequeño, quizás por el fútbol, tal vez por las noticias, a lo mejor en las clases de Estudios Sociales. Barbados es uno de esos lugares que parece una utopía conocer.
¡Qué delicioso es visitar Curazao!
¿Quién dice “mi sueño es ir a Barbados”? Por eso, me parece una locura total, de la buena, estar en esta hermosa isla del Caribe, que sorprende desde el primer momento.
Llegué en crucero, de las mejores formas de descubrir el Caribe, pues de otra manera puede resultar muy costoso. El puerto de Barbados está a unos 15-20 minutos caminando de Bridgetown, la ciudad capital.
La caminata es muy agradable, pues va junto al mar, por una zona con muchos árboles y sombra deliciosa.
Si prefiere guardar energías, un taxi desde la terminal de cruceros cobra $5 por persona al centro. Una ganga.
Esta vez quería disfrutar de esa playa turquesa de este impresionante país. Muy cerca de la ciudad hay una.
Son públicas, aunque los camastros con sombrillas los alquilan; en algunas partes el costo es de $10 y en otras es de $15 por dos sillas. En ambos casos, puede usar los sanitarios y duchas para quitarse la arena.
El fascinante puente flotante de Curazao que enamora a los turistas
Una vez que disfruté al máximo en las cálidas aguas de Barbados, llegó la hora de caminar para descubrir los encantos de Bridgetown. Recurro a un sombrero, camiseta de manga larga y mucho bloqueador para protegerme del fuerte sol.
El primer lugar por donde paso es el puente Chamberlain, con su hermoso Arco de la Independencia. Esta estructura es levadiza, para que los barcos puedan pasar.
Al otro extremo está la Plaza de los Héroes Nacionales, a la orilla del río Constitución. Un poco más adelante verá el Parlamento y, unas cuadras después, está la bella Catedral de Saint Michael.
Por algunas calles podrá observar arte callejero e imágenes de Rihanna, la gran estrella. Su casa está a las afueras de la capital.
Un paseo en el tren gratuito de Aruba
Por cierto, en otras partes de esta isla de 285.000 habitantes hay grandes atractivos, como la Abadía de San Nicolás, el Morgan Lewis Sugar Mill, para comprender la importancia de la producción de azúcar, y el faro en el Harrison’s Point.
Los costarricenses no necesitamos visa para visitar Barbados.