Las recientes elecciones al Parlamento Europeo en casi toda Europa y, sobre todo, en España han servido para confirmar lo que ya se conocía, que la gran ganadora ha sido la abstención. Todo ello a pesar de que los medios de comunicación nos informan mayoritariamente de que ha ganado el Partido Popular, venciendo al Partido Socialista Obrero Español (¡Qué ironía!), que ha quedado en segunda posición.