El Colegio de Profesionales en Psicología es el responsable de evaluar la idoneidad mental de aquellas personas que quieran portar y poseer armas de fuego. La atribución se la da la Ley de armas y explosivos, que le encarga habilitar a los profesionales a cargo de esa labor.
El presidente del Colegio, Ángelo Argüello, aclaró que esta evaluación de riesgo no busca predecir de manera absoluta quién podría activar un arma en circunstancias específicas.
Argüello difundió un mensaje por video a raíz del homicidio ocurrido la mañana del lunes 3 de junio, cuando un pleito vecinal terminó con un hombre fallecido.
Pleito por agua termina con un vecino asesinado en condominio en Escazú
La víctima mortal tenía 53 años y fue identificada como Otoniel Orozco Mendoza. Él vivía con su familia en los condominios Río Palma, en Guachipelín de Escazú.
Aparentemente, un lío por el agua potable con su vecino y posterior victimario, de apellido Ramírez Zamora, sería la causa del homicidio; sin embargo, el móvil del crimen será determinado por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En un mensaje difundido en video, el presidente de los psicólogos explicó que la prueba valora aspectos relacionados con la salud mental general, condiciones clínicas, antecedentes y estado emocional actual, así como variables de riesgo de violencia, estabilidad emocional y capacidad de adaptación psicológica.
Argüello aseguró que el Colegio se ha esforzado en basar esta evaluación en evidencia y modelos contemporáneos de evaluación integral. La versión más actualizada es de 2020.
El especialista informó de que las evaluaciones de idoneidad mental cuentan con un periodo de vigencia de dos años cuando son para portación personal y de un año cuando se trata de personas que la necesitan para laborar en seguridad.
Para el presidente del Colegio de Psicólogos, lo acontecido en Escazú es una situación lamentable que pone a Costa Rica de frente a una realidad alarmante sobre la situación de salud mental de muchas personas en todo el territorio nacional.
“Desde el Colegio hacemos un vehemente llamado a las instancias rectoras para asegurar la protección del derecho a la atención de salud mental para toda la población”, dijo Argüello.
En entrevista con La Nación, este martes, Ángelo Argüello dijo que el asesinato de Guachipelín no se genera por el evento cotidiano de una discusión por una diferencia vecinal.
“Evidentemente, una reacción de este tipo debe tener un desarrollo histórico de antecedentes de conflicto, de maltrato en una o en ambas direcciones; no lo sabemos. Lo que hoy vemos es la gota que derrama el vaso, probablemente de un largo periodo de conflicto.
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Por su parte, la psicóloga Jackie Solano asegura que en el incidente de Guachipelín hay un evidente mal manejo de las emociones por parte de todos los involucrados.
“Lo que uno percibe detrás de lo que pasó es que esas personas tienen problemas serios de fondo, como ansiedad y estrés, algo a nivel emocional que no tiene que ver directamente con el conflicto. En la vida, nos recargamos de situaciones no resueltas y pasamos como una olla de presión; por eso, descargamos ante cualquier evento, por mínimo que parezca.
“Puede ser que yo ande enojada desde hace un mes porque perdí el trabajo o porque no puedo viajar; quizá porque mi novio me dejó, incluso por algo que me pasó en la infancia y me encuentro con una situación en el camino que me detona. Puede ser un problema mínimo, y reviento”, explica Solano.
La psicóloga también atribuye este tipo de comportamientos explosivos al estilo de vida que las personas ahora consumen en redes sociales; también a las series en las que todo se resuelve con violencia y se destaca la posesión de armas.