En boca de Berganza puso Cervantes tres cuentas pendientes que el rey tenía que saldar en Sevilla: ganar la Costanilla, la calle de la Caza y el Matadero. Tres lugares de la Sevilla de los bajos fondos donde no entraba ni la luz. Solo tenían vía libre los malos. Siglos después, por boca de un munícipe ya caducado me entero de que, la alcaldía de esta ciudad, guiada por sinceros impulsos benefactores, se empeñaba en ganar para la normalidad ciudadana, un núcleo de población al otro lado de las vías, Las Tres Mil Viviendas, donde tampoco entraba la luz. Mandan los malos, que son la ley. Ese munícipe me puso al día de una realidad que el tiempo la ha...
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