Definitivamente y sin lugar a dudas, los mercados financieros recibieron con pesimismo los resultados de las pasadas elecciones del 2 de Junio, ya que la Bolsa Mexicana de Valores cayó más de 6 por ciento en solo un día, siendo éste el peor retroceso en casi 30 años, mientras que el tipo de cambio va en caída libre, devaluándose nuestra moneda contra el dólar estadounidense, en casi un peso en solo un día.
En mi opinión, más que el anunciado triunfo de la candidata de Morena a la Presidencia de la República, es mucho más preocupante (y por mucho) que lleguen a tener mayoría calificada en las dos Cámaras, ya que esto le permitiría al inquilino de Palacio consumar sus propuestas de reformas constitucionales, incluso antes de que deje el poder, ya que tendría todo el mes de septiembre para operar estas reformas.
Como sabemos, la falta de una mayoría calificada en el Congreso, es lo que le ha impedido a López Obrador, consumar sus medidas monopólicas en materia energética, y solo consiguió que le aprobaran reformas a Leyes secundarias, mismas que gracias a la autonomía e independencia de la Corte, fueron declaradas inconstitucionales, mientras que ahora, la misma independencia e imparcialidad de la Corte, está en riesgo de desaparecer, y plegarse a los deseos del Ejecutivo Federal.
Mal empieza la semana, para quien lo ahorcan en lunes.
Entonces, la preocupación de los mercados financieros y de los inversionistas, tanto nacionales como internacionales, está más que justificada, y la recién anunciada ratificación del actual Secretario de Hacienda, en nada va a cambiar esta apreciación, toda vez que esta cartera solo ha contribuido más a empeorar las expectativas de los inversionistas, debido a la laxitud y la falta de firmeza para operar las finanzas públicas con sensatez y racionalidad, complicando aún más sostener las calificaciones de la deuda soberana, por llevar el déficit financiero a niveles en extremo inconvenientes y preocupantes, de 6% como proporción del PIB.
Cuando empecé a conocer los resultados preliminares de estas elecciones, la verdad, no daba crédito (ni lo doy aún) a esos resultados tan abultados y desproporcionales en favor del partido en el poder, y ya se empieza a conocer información en el sentido de que es altamente probable que haya habido “mano negra” en el INE y se hayan adulterado burdamente los resultados, mediante la “clonación” y uso generalizado de las actas donde salió ganadora la candidata de morena, situación que ya empieza a estudiarse y analizarse, para proceder a la impugnación de la elección.
De ser cierta esa versión, sería un duro golpe a la credibilidad del INE y del gobierno federal, ya que indudablemente la maniobra y la instrumentación de este robo, tendría que haber sido auspiciada por el actual gobierno y su partido, lo que incluso pondría a nuestro País en el ojo del huracán, a nivel internacional.
De llegar a confirmarse que Morena tendría la mayoría calificada en ambas Cámaras del Congreso, cambiarían radicalmente las actuales reglas del juego, y tendrían todas las facultades legales para imponer la Constitución y las Leyes que quieran, para controlar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y para desmantelar todos y cada uno de los contrapesos al poder del Ejecutivo Federal, consolidando una dictadura perfecta.
Nunca entendieron los receptores de las dádivas del gobierno, que es la actividad económica y el pago de impuestos de quienes trabajamos, lo que le permite a las autoridades “regalar” dinero, y que creando un ambiente de ataque y animadversión al sector privado productivo, conduce a cancelar la posibilidad de mantener vigentes estas dadivas, lo que equivale a un suicidio colectivo.
Nos va a salir muy caro ese plato de lentejas, que no solo pagaremos nosotros, sino también nuestros hijos y nuestros nietos, y quien sabe cuántas generaciones más.
