Este martes arrancábamos esta mini-serie sobre la arquitectura de los dos finalistas de la
NBA en 2024 señalando como los
Brooklyn Nets tuvieron un papel fundamental en la construcción de los actuales
Boston Celtics, producto de la excelente de visión de dos mentes privilegiadas del baloncesto, Danny Ainge y Brad Stevens. El equipo neoyorquino, de hecho, también echó una mano, a su manera, para que los
Dallas Mavericks hayan llegado hasta aquí. El camino de los texanos, eso sí, ha sido mucho más tortuoso que el de los verdes, con más altibajos, y haciendo apuestas de mucho más riesgo que salieron mal… o bien.
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