El auge de los minicréditos concedidos por pequeñas financieras puede provocar una oleada de impagos ante la mayor oferta de estos productos, a un menor plazo y una cuantía más elevada. Así lo advierte Asufin en su V Barómetro de minicréditos, que alerta de que la oferta en el mercado de los minicréditos cada vez con mayores importes, lo hacen con una plazos de pago más ajustados, lo que obliga al consumidor a elevar la cautela para no incurrir en situación de impago.
La asociación de usuarios financieros apunta que este tipo de créditos de cuantía reducida han rebajado sus plazos medios máximos de 19 a 15 días, y los mínimos, de 47 a 40 días, con cuantías medias máximas de 900 euros, frente a los 800 aproximados de 2022, y mínimas en el entorno de los 80 euros, frente a los 58 de 2022. El minicrédito de de 300 euros a 30 días sigue siendo el plazo más habitual, con una oferta mucho más amplia y consolidada, hasta el punto de que algunas empresas que ofrecían plazos superiores han regresado al de 30 días, o incluso ofrecen esta opción para el cliente habitual.
El coste medio de estos préstamos es de 105,54 euros, con una TAE que se mantiene en el entorno del 3.200% TAE; en concreto, en el 3.278,62% frente al 3.243,30% del ejercicio anterior. Pero en este punto, Asufin señala que hay diferencias importantes entre los productos ofrecidos por las diferentes entidades. Así, el minicrédito a 30 días más barato, el de Reddo, cobra 90 euros (TAE del 2.229,81%), mientras que el más caro, el de Loaney, cobra 134,10 euros (TAE del 8.326,02%).
En el caso de los minicréditos a 60 días, los intereses se han disparado, principalmente porque son pocos operadores los que lo ofrecen y uno de ellos, Dinevo, lo ha encarecido por encima del 3.000% TAE. Así, la media de este segmento, que ofrecen solo cuatro operadores, pasa del 557 % TAE al 1.278% TAE. El segmento de minicréditos más corto de todos, el de plazo 7 días, llega a rozar los 50.000% TAE. Pero aquí, argumenta Asufin, lo relevante es la enorme disparidad de precios, desde un Creditsi, que cobra 700.000% TAE -es decir, casi 12 euros por 50 euros prestados- a Qué Bueno, que cobra 4.600% TAE, cuatro euros, por 50 euros prestados.
Según recuerda la asociación, España no cuenta con una regulación del mercado de los préstamos -a diferencia de otros países de nuestro entorno-, lo que permite que empresas privadas concedan financiación a coste más elevados.