Las fuerzas armadas de Rusia han recibido en los últimos días 23 nuevos tanques de la familia T-90M y diez unidades del T-72 modernizado. Según Army Recognition, los rusos transfirieron con bastante rapidez los carros blindados, cuyo destino podría ser la guerra de Ucrania.
El T-90M, conocido por su tecnología de vanguardia y blindaje mejorado, está considerado como un elemento clave en las operaciones terrestres rusas. Es el principal tanque ruso, pero su participación en la guerra de Ucrania ha puesto de relieve algunas vulnerabilidades. Numerosos tanques T-90M han sido destruidos o capturados, a menudo mediante sistemas suministrados por Occidente utilizados por las fuerzas ucranianas, como el misil guiado antitanque FGM-148 Javelin y el lanzacohetes M142 HIMARS.
Según datos del sitio web Oryx, en estos dos años de guerra, el ejército ruso ha perdido al menos 88 carros de combate T-90M en el país invadido. De esta cantidad, tres fueron capturados por los ucranianos y 45 sufrieron daños graves. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos aseguró recientemente que Rusia ha perdido más de 3.000 tanques en Ucrania -el equivalente a todo su inventario activo de antes de la guerra- pero tiene suficientes vehículos blindados de menor calidad almacenados para años de reemplazos.
En el caso de los tanques de la familia T-72B3, las pérdidas rusas en Ucrania ascienden a 357 vehículos, de los cuales 77 unidades fueron incautado por el enemigo. Las pérdidas irreversibles son 232 vehículos, según la misma fuente.
No solo los rusos pierden tanques en el frente. Ucrania ha sufrido innumerable bajas en su arsenal de carros principales. Así, de los 130 tanques de fabricación alemana Leopard recibidos desde hace un años en todas sus variantes, Kiev habría perdido, según Oryx, unas 37 unidades, de l os cuales 16 fueron destruidos y 21 dañados, capturados o abandonados.
Ucrania también ha recibido tanques estadounidenses M1A1 Abrams, que comenzaron a llegar a finales de septiembre de 2023. De los 31 ejemplares transferidos hasta el 26 de abril de 2024, cuatro han sido destruidos y dañados o abandonados tras ataques rusos.
Creado para competir con el tanque estadounidense Abrams, el T-90 es el principal tanque ruso y entró en servicio en 1992. Su última versión modernizada, el T-90M, presenta avances en potencia de fuego, protección y movilidad. El armamento principal ha sido ha sido reemplazado por un cañón de ánima lisa 2A46M-5 modernizado de 125 mm junto con un nuevo sistema de control de fuego, y en el techo de la torre se instalado un módulo de armas controlado remotamente con una ametralladora. Es capaz de realizar disparos no dirigidos con proyectiles de fragmentación altamente explosivos a una distancia de hasta 10 km y disparos dirigidos a una distancia de hasta 4 km,
El exterior ha reforzado con módulos de blindaje reactivo explosivo "Relikt" en el casco y la torreta y blindaje de barras en la parte trasera. El T-90M también tiene una nueva torreta soldada con un diseño modificado e incorpora un nuevo motor diésel W-92S2F con una potencia de 1.130 CV con transmisión automática y una unidad de potencia adicional, informa Defense 24.
El Ministerio de Defensa ruso ha firmado contratos para el suministro de 160 vehículos de este tipo. Los primeros tanques T-90M Proryv entraron en servicio con las tropas en 2020. Y en 2021, el fabricante Uralvagonzavod inició su producción en masa.
