Un año después de la entrada en vigor de la ley de Vivienda, que el Gobierno aprobó con la aspiración de contener los precios de los arrendamientos, pocas cosas han cambiado en el mercado del alquiler, y las que lo han hecho han sido claramente a peor. Alquilar un piso en cualquiera de las principales capitales españolas cuesta más dinero que hace un año e incluso es ya un pormenor comparado con la odisea que en la que se ha convertido encontrar una casa disponible. El diagnóstico que hace el sector inmobiliario en su conjunto es devastador y no dejará de serlo a lo largo de este año, cuando se ponga luz y taquígrafos a los primeros efectos de las...
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