En 1936, Vicente Rojo y Emilio Alamán, amigos y compañeros de la promoción de 1911, se encontraron en bandos opuestos de la Guerra Civil Española. A pesar de la traición del ejército africano, Rojo, que rechazó unirse a la conspiración, visitó el Alcázar de Toledo, donde Moscardó le pidió que intercediera por sus compañeros, marcando un momento emblemático de la división y lealtad entre soldados.
A las 7 de la mañana del 21 de julio de 1936, martes, se declaró el estado de guerra en Toledo y su provincia. La orden fue leída por el capitán de caballería Emilio Vela Hidalgo en el centro del patio del alcázar. El decreto lo había firmado el coronel José Moscardó, gobernador militar de la plaza y director de la Escuela Central de Educación Física.]]>