Fiesta en Pucela. El Real Valladolid ha certificado, a una jornada para el fin de la Liga, su a scenso matemático y regreso a Primera División tras un año en el 'foso' de Segunda. Una victoria más ajustada de lo previsto ante el Villarreal B, colista y ya descendido que ha luchado hasta el final, y la derrota del Eibar en casa del Sporting han permitido a los de Pezzolano brindar a su afición el regreso a la máxima categoría del fútbol español. Con un estadio José Zorrilla a rebosar y un partido como toda la temporada: de alta tensión, en el que lo mismo acariciaban subir como la agonía asfixiaba hasta el extremo. Y es que ha sido en el tiempo de añadido cuando el 3 a 2 definitivo subía al marcador, aunque a punto estaba de nuevo el Villarreal de volver a poner las tablas en el tanteador e infartar a un estadio que se venía abajo. Y es que si en la primera parte las dos porterías se mantenían a cero, ha sido en la segunda, sobre todo en los minutos finales cuando el partido se ha vuelto loco. Abría la fiesta Raúl Moro en el 61 marcando el 1 a 0, pero un Villarreal muy luchador, pese a no tener ya nada en juego, lograba el empate en el 76 por mediación de Stefan Lekovic y dar la vuelta al partido en el 86 gracias a Dani Tasende. Ya en el añadido, Víctor Meseguer permitía al Pucela volver a soñar con el ascenso directo, aunque ha sido el penalti transformado por Mamadou Sylla con siete minutos ya sobre el tiempo reglamentario lo que ha hecho estallar a Valladolid y contener casi a la par el aliento al ver que el Villarreal a punto estaba de aguar la fiesta. Noticia Relacionada estandar No El VRAC se alza con su liga número trece ABC El Quesos se toma la revancha en Burgos y suma un nuevo título al palmares del club vallisoletano Pero, esta vez, no. Celebración. A primera. Un ascenso, otro más , a orillas del Pisuerga, después de una temporada que no comenzó precisamente bien para los blanquivioletas, que casi llegaron a coquetear más con seguir cayendo de categoría que con soñar con estar de nuevo en la élite. De hecho, comenzó torcida, con un contundente 1 a 4 ante el Leganés, el otro equipo que se ha ganado ya subir directamente de categoría. Irregularidad, sin lograr remontar el ritmo y u n Pezzolano muy cuestionado y cuya continuidad estuvo en el alero, fue allá por marzo cuando el Valladolid cambió de tercio. El 2 a 0 a domicilio ante el Racing de Ferrol el 17 de marzo marcó el punto de inflexión. Desde entonces, no ha conocido la derrota: diez partidos, con siete victorias y tres empates. La de este domingo, la definitiva. Con 71 puntos en el casillero, los de Pezzolano celebran en el Zorrilla su regreso a Primera tras una campaña en la que ha sacado sobre todo partido a mantener más a salvo su portería que a marcar. Poco más de un gol de media por partido, pero que han permitido al Real Valladolid volver a ser de Primera.
