Tadej Pogacar nunca había estado en Roma hasta que llegó como ganador del Giro. Porque al esloveno le gusta hacer las cosas a lo grande. Tampoco había corrido nunca el Giro y lo ha dominado de una manera espectacular. El segundo clasificado, Daniel Felipe Martínez, queda a casi diez minutos de él, ha ganado seis etapas y ha dado la sensación de que podía ganar alguna más. Como la que permitió que se llevara Steinhauser en una muestra de humanidad casi extraña para una maquinaria perfecta.
A Pogacar sólo le ha faltado ganar una etapa más, la primera, para que su carrera fuera perfecta. Ese día la arrebató la victoria el ecuatoriano Jhonatan Narváez y le impidió cerrar la carrera vestido de rosa de principio a fin. Consiguió la «maglia rosa» en la segunda jornada y ya no la ha soltado.
Pogacar ha debutado en el Giro igual que debutó en el Tour, con una victoria en la general, aunque hace tiempo que ya no es una sorpresa para nadie. A su lado no tenía a ninguno de los grandes. Ni Vingegaard ni Evenepoel ni Roglic discutían su triunfo en la general final. Daniel Felipe Martínez y Geraint Thomas eran sus rivales, un corredor que nunca ha ganado una grande y un ganador del Tour, pero que el sábado cumplió 38 años.
«Probablemente es la vez que más he sufrido en mi cumpleaños. Ha sido una carrera larga y dura, pero estoy orgulloso de volver a subir al podio. Sintiendo cada uno de mis 38 años ya. Salud a todos», decía el galés en su cuenta de Twitter. Un mensaje que acompañaba con una imagen suya con una cerveza en la mano. Thomas se había caído en la etapa del viernes, pero ya sabía entonces que no ganaría el Giro.
Nadie puede competir con Pogacar, que después de haber conseguido ya cinco victorias parciales se empeñó en ganar la sexta en el monte Grappa. «No puedo describir cómo me sentí con todos los aficionados en el Monte Grappa. Tal vez no era importante hacer esto hoy, pero he vestido la maglia rosa desde el segundo día, así que quería terminar el Giro en buena forma y con buena mentalidad. Creo que lo he conseguido», reconocía.
Pogacar ha dominado de manera abrumadora el Giro, sin que casi nadie se atreviera a atacarlo. Tiene 25 años y ya ha ganado tres grandes, pero quiere ganar más. Ahora su objetivo es ganar el Tour y conseguir un doblete que nadie ha conseguido en este siglo. El último en conseguirlo fue Marco Pantani en 1998 y antes que él lo consiguió Indurain. Pero sus referencias no están en los ciclistas de hace 25 o 30 años. Él mira más allá, al Eddy Merckx de los 70, un corredor capaz de ganar durante todo el año y en todos los terrenos. Es eso lo que le hace especial y lo que le ha permitido ser el ganador del Giro con más diferencia sobre el segundo desde el cambio de centuria.
Para acabar dejó una exhibición en los últimos kilómetros del paseo por Roma. Se dejó ver en los primeros puestos del pelotón, tirando de él hasta que llegó el momento de los velocistas. «Nunca había estado en Roma pero lo disfrutaré seguro», decía el sábado.