Según el neurólogo Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin-Madison, la felicidad es un estado emocional deseable y una habilidad que podemos desarrollar y aprender a través de hábitos específicos.
La búsqueda de la felicidad siempre ha sido un tema central en la vida humana. En la actualidad, la ciencia del cerebro nos ofrece un enfoque práctico para mejorar nuestro bienestar emocional y aumentar nuestra felicidad.
A continuación, te explicamos cuáles son estos hábitos, respaldados por investigaciones neurocientíficas, que prometen elevar nuestro ánimo, como también mejorar nuestra salud y longevidad.
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La ciencia ha confirmado que la felicidad influye directamente en nuestra calidad de vida y bienestar físico.
Las emociones positivas pueden fortaleces el sistema inmunológico, aumentar la longevidad y mejorar la resistencia al estrés y las enfermedades.
A continuación, te contamos sobre las 7 prácticas recomendadas por el Dr. Davidson que podés incorporar en tu rutina diaria para cultivar activamente la felicidad, recopiladas por Saber Vivir.
Iniciá o terminá el día escribiendo 3 cosas por las que estás agradecido, lo que puede fortalecer significativamente tu mentalidad positiva. La gratitud activa las áreas del cerebro asociadas con el bienestar y reduce las emociones negativas como la envidia y el resentimiento.
Dedicar tiempo de calidad a las relaciones con amigos y familiares, proporciona apoyo emocional.
Además, se ha demostrado que mejora nuestra salud mental. Actividades conjuntas, especialmente al aire libre, pueden incrementar los niveles de felicidad.
Tanto la meditación como el mindfulness o la atención plena ayudan a centrar la mente y a reducir el estrés.
Este hábito fomenta una mayor actividad en la corteza prefrontal, lo que está directamente relacionado con la mejora en la regulación de las emociones y el aumento de la resiliencia emocional.
Un descanso adecuado es fundamental para el bienestar mental. Durante el sueño, el cerebro procesa las emociones del día, contribuyendo a una mejor salud emocional y cognitiva.
El ejercicio es bueno para el cuerpo. Libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que mejoran nuestro estado de ánimo y disminuyen la percepción del dolor.
Participá en actividades que te apasionen. Esto puede proporcionar una sensación de logro y satisfacción, esencial para la felicidad a largo plazo.
Pasá tiempo en entornos naturales. Puede reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar la energía física y mental.
La simple exposición a espacios verdes puede ser una fuente poderosa de serenidad y regocijo.
Según la Dra. Sophie Mort, experta en salud mental de Headspace, aunque "hormonas de la felicidad" no es un término científico exacto, es una forma coloquial de referirse a neurotransmisores.
Las "hormonas de la felicidad" son las siguientes: