Carlo Ancelotti volvió a llevarse un puro a la boca, y eso es buena señal para el Real Madrid de Vinicius, cuya alegría tiene más de cubana que de brasileira, con lo que bien podría el club hacer suyo el trinomio que Foxá ideó para Cuba, «Ron, Café y Puro», muy superior, decía él, al de la Revolución francesa. El puro amansa a las fieras. –La fábrica de bombarderos de Whitley es un semillero de comunismo –anotó en 1941 J. Colville, secretario de Churchill–, y existían ciertas dudas acerca de la acogida que recibiría el primer ministro. Pero su aparición con el puro cautivó a los obreros, que le dedicaron un ensordecedor aplauso. En Ancelotti el puro es la señal...
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