La desesperación con
Peter Lim viene de lejos, pero el valencianismo no puede más y se volverá a echar a la calle este domingo para criticar la gestión deportiva y económica de un club que sigue alejado de su posición histórica y que no llega a Europa desde hace cinco años mientras la canción del verano, esa que exige vender a los mejores jugadores para invertir cantidades mínimas por nuevos futbolistas, se repite.
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