Anoche
Raphinha terminó contento. Marcó el gol definitivo en el descuento y, además, pudo acabar el partido. El brasileño tiene la sensación que, cuando está jugando bien, siempre es el primer delantero en salir del campo porque
Lamine Yamal y
Lewandowski son intocables para el entrenador. Pero ayer, con 1-0, a 15 minutos para el final,
Xavi sentó al polaco y dejó a
Raphinha en el césped por méritos propios. Fue, sin duda, el delantero más incisivo del
Barça. En carrera, al inicio de cada parte, pudo quedarse solo ante
Remiro pero no estuvo acertado en el último control. En cambio, probando el chut desde fuera del área hasta en cuatro ocasiones, provocó que la
Real titubeara a la hora de defender al
Barça. Es más, a su primer trallazo al palo, en el minuto 37, no cambió el signo del partido. Hasta ese momento, la
Real había dado una lección magistral de cómo sacar el balón jugado desde atrás y cómo desnudar la presión desorganizada del
Barça.
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