La noche electoral, al margen de los resultados, dejó varias estrategias de comunicación de los partidos políticos relacionadas con el seguimiento de los resultados electorales en las sedes de cada formación.
Vox niega desde hace años la presencia de El País y La Cadena SER dentro de su sede en noches como la del pasado domingo. Esta vez sí les permitió el acceso y durante toda la noche no tuvieron ningún problema. Sin embargo, para ello, los periodistas del grupo Prisa tuvieron que presentarse en la sede del partido verde con un escrito de la Junta Electoral Central que advertía a la formación de que, en caso de que no se les facilitara la entrada, habría las “consecuencias legales correspondientes”.
Este mandato de la Junta Electoral Central Provincial de Barcelona se refería al periodista de El País Miguel González, redactor especializado en el seguimiento de Vox. El acto del partido para el recuento de los votos tuvo lugar en el Hotel Avenida Palace de la capital catalana.
Vox respondió a este escrito indicándoles que debían esperar en la puerta a que viniera a el abogado para valorar ese escrito. A la hora y cuarto, setenta y cinco minutos en total de espera, llegó el asesor legal que les permitió entrar en la sede.
El nuevo partido que entra en el Parlament de Cataluña es Aliança Catalana, que ha obtenido un total de dos escaños. La formación de Silvia Orriols no permitió la entrada a la sede del partido en Ripoll a más de 30 medios que se habían acreditado para esa noche.
Desde el partido aseguraron que no había aforo suficiente para ubicarlos a todos dentro de la sede. Solo tenía capacidad para acoger a 30 personas, explicaron. Y ese espacio se había reservado para “militantes y simpatizantes”. Sin embargo, sí pudieron acceder profesionales de dos digitales. La explicación que dieron es que estos medios habían seguido al partido durante toda la campaña electoral. El resto quedó en la calle, trabajando en una mesa plegable con sillas de plástico.
Una vez que concluye el recuento electoral, miembros de la nueva formación salieron hacia un bar de la zona y montaron una mesa para que la líder de la formación realizara su propia valoración.
Esta actitud contrastó con la de Ciudadanos, que llegó a echar a militantes de su sede en Barcelona para que pudieran entrar los periodistas para que realizaran el seguimiento de los resultados.
La dirección del partido planteó esta posibilidad para que se encontrarán “cómodos” ese día, a pesar de que –como comentaron con cierta ironía- “no les había interesado” su campaña hasta entonces.
