La noche electoral en la sede del PSC en Barcelona este domingo fue larga. Larga y emocionante, habida cuenta del buen resultado cosechado por los socialistas. Hubo fiesta, celebración y muchos parabienes.
De hecho, de madrugada todavía quedaban algunos periodistas por la zona. Y personal de seguridad. Pasada la 1.00 horas de la mañana, un taxista se detuvo frente a la sede del PSC y preguntó a un viandante si Salvador Illa había ganado.
El Chivato se acercó y pudo hablar con el conductor. Estaba visiblemente emocionado y muy contento por los 42 escaños logrados por el PSC. El taxista aseguró entonces que la comunidad de paquistaníes se había movilizado para votar al candidato socialista, en masa. Querían verle como ganador. No paraba de hablar.
Aludió al buen papel que su comunidad juega en Cataluña. Los paquistaníes, insistió con vehemencia, “pagan sus impuestos en Cataluña, tienen comercios y trabajan”. “Nosotros no somos como los marroquíes, somos diferentes”, afirmó entonces tajante.
Antes de despedirse, habló de racismo y discriminación. Manifestó su desacuerdo por el trato que les suele dispensar la policía local: a los paquistaníes, señaló, también se les trata de manera humillante en la ciudad. Concluyó en ese momento su exposición y siguió su rumbo.
