Completado el ciclo electoral en las tres nacionalidades históricas, los partidos políticos gallegos, como mandan los cánones, trasladaron este lunes sus valoraciones del resultado en Cataluña. Salvo el BNG, que impuso un estruendoso silencio. Alfonso Rueda quiso volver a poner en valor la mayoría absoluta –quinta consecutiva del PP– que logró el 18 de febrero. Para dimensionar la celebración la víspera y ayer, día de resaca, del socialismo, por su victoria en los comicios catalanes. Un triunfo sin los apoyos suficientes para armar gobierno sin depender de terceros. Pero el presidente de la Xunta, a preguntas de los medios, tras la reunión semanal del Consello, miró más allá, al alcance nacional de la cita. Con dos claves: celebró que, si el 12M no es el «fin» del procès secesionista, sí suponga un «freno importante»; y que Pedro Sánchez asimile que tiene «más argumentos que antes» para, ante las «presiones independentistas», no seguir cediendo, sino «resistirlas y no admitirlas». Rueda, desde San Caetano, se mostró cauto a la hora de ir más allá en sus apreciaciones. Sí dijo ver excesivamente «optimista» al PSOE. A los socialistas les instó a que la victoria de su candidato, Salvador Illa, acompañada del fiasco del independentismo, «se traduzca ahora en tomar nota» y empezar a poner pie en pared ante las «intenciones» de Junts y ERC de «romper la igualdad fundamental entre las comunidades autónomas». «Espero que sea así, y que no quede todo condicionado a la gobernabilidad y los apoyos en el Congreso», incidió; porque, de lo contrario –apostilló–, «de poco habría servido» la contención del bloque separatista. El mandatario contrastó la realidad que se da en Galicia con la que se le viene encima a Cataluña dados los resultados del domingo, la postura de Carles Puigdemont y la espantada de Pere Aragonès. Un «escenario muy abierto», donde «lo primero que se adivina» es un clima de «inestabilidad que no tenemos» en la Comunidad. «Quedan muchos capítulos por delante, también condicionados por las elecciones europeas», sopesó. Tampoco dejó pasar la ocasión, inquirido al respecto, de calificar con retranca de «bastante curioso» que el BNG no quisiera pronunciarse y «renuncie a hacer un análisis» del balance del 12M. «Por mucho que intenten ocultarlo, son sus socios», y ahora es más difícil de esconder que nunca, con las europeas, donde concurren de la mano de ERC (y Bildu) como el siguiente e «inminente» hito electoral. [Habrá ampliación]
