Nikola Jokic, siempre enfundado en un suit elegante e impecable al llegar a los partidos con su imperturbable caminar, viste fuera de la cancha lo que es en ella, un superdotado hombre de negocios. Y aunque le encanta delegar responsabilidades, decidió esta vez jefe, enseñando la placa de
triple MVP que cuelga de su solapa, encargarse personalmente del asunto ante el evidente riesgo de que la empresa del segundo anillo de los
Denver Nuggets quebrara ante los fieros
Minnesota Timberwolves. Seguir leyendo...