¡Convertí tu jardín en un oasis de sabor y salud con kiwis frescos cultivados en casa!
El cultivo de kiwis en casa representa una oportunidad emocionante para los aficionados a la jardinería. Debido a su sabor exótico y sus numerosos beneficios para la salud, son una buena opción para sumar a tu huerta en casa.
Sin embargo, es importante aprender los métodos correctos para plantar esta fruta y mantenerla con vida hasta su cosecha. A continuación, te compartimos algunos secretos para germinar las semillas con éxito y recomendaciones prácticas para el cuidado del suelo, el riego, el podado y la protección de las plantas de kiwis.
Para comenzar exitosamente el cultivo de kiwis en casa, es esencial iniciar con semillas maduras de calidad y sus variedades más populares, según el portal de Cuerpo Mente, son las siguientes:
La elección de la variedad dependerá de tus preferencias personales y de las condiciones específicas de tu jardín.
Una vez que hayas seleccionado tus kiwis maduros, podrás proceder a la extracción de las semillas utilizando dos métodos diferentes, cada uno con sus propias ventajas y consideraciones, según el sitio de EcoInventos.
En este método, vamos a usar un semillero con autorriego, que mantiene la humedad adecuada para germinar las semillas.
Una vez que has germinado con éxito las semillas de kiwi y comenzaste el proceso de cultivo, es fundamental conocer las recomendaciones y cuidados específicos para garantizar el desarrollo saludable de tus plantas.
Los kiwis requieren un suelo nutritivo ligeramente ácido y rico en humus. Es esencial mantener el suelo húmedo, especialmente durante los períodos de calor, ya que las plantas consumen y evaporan mucha agua.
Realizá podas regulares a partir del tercer año para promover la producción de frutos. Evita el uso de fertilizantes minerales y opta por abonos orgánicos.
Si decidís trasplantar las plantas, asegúrate de hacerlo a macetas o al lugar definitivo adecuado. Utilizá macetas de al menos 20 litros para un crecimiento óptimo.
El kiwi prospera en climas templados con temperaturas entre 20 y 30 grados centígrados durante la floración y fructificación. Durante el invierno, las plantas necesitan horas frío para una mejor floración en la siguiente temporada.
Ajustá el riego según las condiciones climáticas y observa regularmente el suelo para determinar las necesidades de agua de tus plantas.