El anuncio de la OPA hostil de BBVA al Sabadell ha encendido las alarmas en Moncloa. El temor a que la operación perjudique al PSC en las elecciones catalanas en los últimos días de campaña electoral está detrás del giro radical del Gobierno, que ha pasado de alentar la fusión a sostener en público que la veta. El cambio se produce después de que Carlos Torres haya rechazado aplazar el movimiento hasta el lunes a petición del Ejecutivo.
De hecho, el cambio de opinión del Gobierno se ha producido en las últimas horas. El ala socialista de la coalición llevaba días aguantando la presión creciente de los socios parlamentarios catalanes, tanto ERC como -sobre todo- Junts. Ambos partidos contaban con el apoyo activo de otros ‘lobbies’, con la patronal Foment del Treball a la cabeza, liderada por Josep Sánchez Llibre. Todos recelan del asalto impulsado por Carlos Torres sobre una entidad catalana histórica como el Banco Sabadell.
Una ofensiva a la que, por sorpresa, se ha sumado el Ejecutivo este jueves. Ha pasado al ataque, ahora, contra la OPA hostil de BBVA al Sabadell. “El Gobierno rechaza la decisión de BBVA de plantear una OPA hostil a Sabadell, tanto en la forma como en el fondo”, reaccionaron fuentes oficiales del Ministerio de Economía.
Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los contactos, Moncloa había trasladado a la cúpula del BBVA que esperase a lanzar una nueva oferta hasta la semana que viene, para sortear el devenir político a tres días de las elecciones catalanas.
El Gobierno se mantuvo expectante, confiando en que BBVA dilatara su posible respuesta, al menos, hasta el lunes. Sin embargo, este mismo jueves, contra todo pronóstico, el banco comunicó la OPA hostil. Carlos Torres se negó a aplazar el movimiento para evitar filtraciones, admitió a su entorno, que pudieran perjudicar más la acción de la entidad.
Moncloa, que conocía desde la noche anterior la decisión adoptada por el presidente del BBVA, ya tenía preparada la nota de prensa oficial. De hecho, la difundió el Ministerio de Economía apenas una hora y media después del comunicado de BBVA a la CNMV.
Fuentes financieras consultadas por ECD destacan que se trata de un movimiento insólito por la rapidez y por el contenido en sí mismo. El Ejecutivo, de hecho, no tenía por qué reaccionar de tal modo ante una operación que acaba de echar a andar, y cuyo plazo de tramitación puede alargarse más de medio año.
Fuentes de la cúpula económica del Ejecutivo reconocen a ECD que Moncloa apoya la operación pero no anunciarla en la recta final de la campaña catalana porque perjudica claramente al PSC.
La operación de un banco con raíces vascas sobre otro rival con gran solera catalana genera distorsiones en un momento vital para Pedro Sánchez, tan necesitado de que su candidato, Salvador Illa, logre una victoria holgada el próximo domingo. Y esa victoria amplia es vital para el PSOE en estos momentos.
El equipo de Sánchez, por tanto, quiere trasladar un mensaje claro, que evite que los partidos independentistas usen como baza electoral el asalto al Sabadell. De hecho, pese a la oposición inmediata de Economía, Junts ya lo ha empezado a hacer.
“La OPA hostil contra el Banco Sabadell debe contestarse con toda la fuerza, con todo el derecho y con toda la razón. Hace tiempo que hay una estrategia para liquidar la actividad bancaria catalana, lo que perjudica a los usuarios y perjudica al país”, defendió Puigdemont este jueves en su cuenta de X.
A pesar del guiño de BBVA a Cataluña, con la promesa de mantener allí una de las sedes operativas, las reacciones han sido contrarias a sus intereses.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC), también se apresuró a advertir que la OPA “solo haría empeorar la falta de competencia que ya existe”.
La patronal Foment del Treball, que aglutina al empresariado catalán, también se alineó con la defensa de la cúpula del Sabadell. Las empresas y los negocios han enarbolado la predilección por tener más proveedores y que no se reduzca la competencia. Días atrás era la Comunidad Valenciana y el alcalde de Alicante los que trasladaban su preocupación por una integración que dejaba a esta última plaza sin la sede fiscal que radica allí el Sabadell.
Tal y cómo se contó en Confidencial Digital esta misma semana, Moncloa estaba alentando una OPA hostil de BBVA sobre el Sabadell.
Este escenario, explican, se enmarca en la estrategia intervencionista que ha tomado el Gobierno en el tejido empresarial con mayor músculo del país. Así, ya ha tomado posiciones de control en Telefónica, Indra, CaixaBank a través del FROB, y se prepara para entrar en Naturgy. Unos antecedentes que hacen crecer la sombra de la sospecha sobre las intenciones del Ejecutivo en BBVA y Sabadell.
La operación no se ve con malos ojos desde Presidencia. El Gobierno de Pedro Sánchez, a través del Banco de España, quiere además promover fusiones bancarias al compás de las peticiones emanadas desde el BCE.
Hasta el punto de que en ámbitos bancarios recuerdan que ha resultado especialmente llamativa la postura expresada hace unos días por Félix Bolaños, mano derecha de Sánchez, muñidor de las estrategias de Moncloa y ministro de Justicia.
El hecho de no formar parte de la estructura económica del Gobierno no le impidió afirmar claramente que se trata de “una buena noticia” por considerar positivo “contar con entidades sólidas, punteras y líderes en la UE y en el mundo”, ya que el conglomerado resultante de la operación daría lugar al segundo banco español por activos.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, por su parte, defendió las garantías, hasta este miércoles precisamente, de la competencia en el sistema financiero español y no había puesto ninguna pega a esta integración.
Ahora el Gobierno da un giro de 180 grados a su posición y rechaza de manera rotunda la OPA. Se alinea, así, con la postura adoptada por la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, quien alertó hace escasos días del “riesgo sistémico” de una operación de fusión entre BBVA y Sabadell.
Por si esto fuera poco, según reconocen a ECD en el equipo económico del presidente, Moncloa ha visto ahora la oportunidad de apartar con esa maniobra a uno de los banqueros más críticos con Sánchez, el presidente del Sabadell, Josep Oliú, quien llegó a proponer hace unos años crear “una especie de Podemos de derechas”.
A esto hay que sumar que el actual presidente del Sabadell tampoco gusta a los máximos dirigentes del independentismo catalán, socios indispensables del líder del PSOE.
En Moncloa cuentan con que el BBVA juega con un elemento a su favor en esta situación. Tanto si mejoraba el precio como si lanza una OPA, como finalmente ha sucedido, queda anulada la oferta amistosa de tres puestos en el consejo y una vicepresidencia para Oliú. En ese caso, los actuales gestores del Sabadell se quedarían sin poder.