Sergi Roberto asumió la responsabilidad del giro que dio el Girona-Barç (4-2), un partido que el equipo de
Xavi Hernández dominaba en el marcador y en el juego, creando jugadas para sentenciar, hasta que el de Reus se equivocó en una cesión corta a
Ter Stegen que significó el 2-2. Y comenzó otro partido distinto.
Seguir leyendo...