La temporada de la Real Sociedad ha sido, o está siendo, frenética. Partidazos clave de Champions, una Copa con resultados ajustados en la que se cae eliminado en semifinales y a penaltis, y una Liga dura, con altos y bajos muy claros y una lucha europea constante. En definitiva, partidos importantes cada tres días y mucha tensión. Pero, en general, si algo se ha echado en falta este curso, sobre todo en los partidos de Anoeta, además de victorias, ha sido la tranquilidad de ganar con claridad, sin sufrir, sin estar tensos hasta el 96’. Eso, en gran parte, ha sido por la fragilidad defensiva mostrada por una de las mejores zagas del curso pasado, por la mala forma física de la plantilla entre el agotamiento y las lesiones, y por la falta de gol. Por lo que sea, pero la Real ni ha ganado mucho ni, por supuesto, ha goleado apenas.
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