El MOPT promete completar la totalidad del proyecto antes de que termine este año, a pesar de que las obras tienen un 52% de avance.
Tras más de cuatro años de haber recibido la orden de inicio, los intercambios a tres y cuatro niveles en Taras y La Lima, en el ingreso a Cartago, tienen un 52% de avance global. Sin embargo, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) mantiene la promesa de ejecutar lo que resta del proyecto antes de que termine este año y entregar el primer intercambio antes de la romería del próximo 2 de agosto.
Este viernes, el viceministro de Infraestructura, Efraím Zeledón, explicó que el intercambio de Taras es el que presenta mayor ejecución con un 80% de avance y se mantiene la previsión de completarlo durante el mes de julio.
El plan del MOPT es que el tránsito por ambas estructuras esté habilitado para diciembre y antes de abril del 2025 se completen el resto de obras complementarias del proyecto, que incluye accesos, aceras y bahías para buses, entre otros.
MOPT promete entregar intercambios de Taras-la Lima en diciembre del 2024
El martes anterior, durante la conferencia en la que se anunció el inicio del proceso de licitación para la punta sur de la carretera a San Carlos, el jerarca del MOPT, Mauricio Batalla, dijo que en la última visita al proyecto se había llevado “un gran colerón” al ver lo que estaba sucediendo, pues los trabajos no han avanzado al ritmo que deberían.
“Un proyecto que debió haber durado dos años, lleva cuatro años y medio y va por el 50″, afirmó Batalla, quien anunció que en las próximas semanas habrá “cambios estructurales” en esa obra.
La construcción de los dos intercambios recibió orden de inicio en diciembre del 2020, aunque los trabajos comenzaron en enero del 2021. Originalmente, el proyecto debía ser entregado en 28 meses, es decir, a mediados del año pasado. Según el MOPT, los atrasos en este proyecto estuvieron asociados a las modificaciones en los diseños eléctricos que representaron casi un año de demora.
En los intercambios se construirán dos pasos elevados de tres y cuatro niveles con seis carriles de circulación en el caso de Taras y cuatro en La Lima, en donde también se habilitarán dos carriles más para los vehículos que circulen desde y hacia el sector de El Guarco.
En el intercambio de Taras se construirá una rotonda a nivel de la vía actual, que permitirá el acceso a San Nicolás de Cartago.
En la parte superior se dispondrá de tres carriles por sentido para que los vehículos que circulan desde la carretera Florencio del Castillo hacia Cartago o, viceversa, transiten sin detenerse. Además, en ese cruce se contemplan retornos, carriles de acceso y conexiones con vías marginales.
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En el cruce de La Lima es donde se levanta la obra más compleja, ya que se pretende construir dos rotondas, un paso inferior y un túnel, con lo que el intercambio, en total, tendría cuatro niveles en los distintos sentidos de circulación.
Esa intersección dispondrá de cuatro carriles elevados (dos por sentido) para entrar o salir de la Interamericana Sur hacia la ruta 10, que es la que pasa por el centro de Cartago. También habrá otros dos carriles elevados (uno por sentido) para mantener el desplazamiento continuo sobre la Interamericana Sur o ruta 2, entre La Lima y El Guarco.
Las rotondas que se ubicarán a nivel permitirán el intercambio hacia uno u otro de estos pasos elevados; mientras que el paso inferior privilegiará el acceso desde la ruta hacia el centro de Cartago.
Además de las dos intersecciones de tres y cuatro niveles, el proyecto incluye la intervención de los 2,8 kilómetros que unen ambos cruces y el paso a desnivel sobre la avenida 23 que se habilitó parcialmente en enero de este año.
No obstante, la puesta en funcionamiento generó críticas de parte de los usuarios, que aseguran que únicamente se movió la presa de la parte inferior para el paso elevado, pues de igual forma se enfrentan a importantes congestionamientos debido al embudo que se forma al final de ese tramo.
Las obras están a cargo del consorcio H Solís-La Estrella por un monto de $58 millones y son financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).