Situado en la primera ciudad que los romanos fundaron en Hispania, tenía capacidad para 25.000 espectadores.
Los anfiteatros romanos fueron centros vitales para el entretenimiento y la cohesión social en el Imperio romano. Estas grandiosas estructuras albergaban combates de gladiadores, cacerías de fieras, y servían como espacios para que la comunidad compartiera emociones y experiencias colectivas, fortaleciendo así la identidad cultural y la estabilidad política. Entre estos monumentos, el anfiteatro de Itálica, situado cerca de la moderna Sevilla, se destaca por su impresionante arquitectura y su excepcional estado de conservación. Fundado en tiempos del emperador Adriano, este anfiteatro es un testigo del esplendor romano, un puente palpable que conecta nuestro presente con el épico pasado de los juegos y espectáculos romanos.]]>